Marco de referencia

En los últimos años es cada vez más visible la relación entre la degradación ambiental y la migración forzada, a pesar de que su reconocimiento es aún muy reciente a nivel mundial y no existen las herramientas efectivas para proteger a quienes deben dejar sus hogares por razones de orden ambiental. Aunque no hay una definición jurídica internacionalmente aceptada, tal vez las más conocidas son las que incluye la Organización Internacional de la Migraciones en su glosario:

La migración por motivos ambientales es el movimiento de personas o grupos de personas que, debido principalmente a cambios repentinos y graduales en el medioambiente, se ven obligados a abandonar su lugar de residencia a otras partes de su país o fuera del mismo[1].

Dentro de esta categoría encontramos dos subcategorías, que la concretan:

Las migraciones climáticas comprenden el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual, u optan por hacerlo, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional [1].

Desplazamiento causado por desastres: movimiento de personas que se ven forzadas u obligadas a dejar su lugar de origen o residencia habitual a raíz de un desastre o para evitar ser afectados por los efectos de una  amenaza natural inmediata y previsible[2].

Las causas ambientales que provocan migración o desplazamiento son, fundamentalmente, los fenómenos naturales (sequías, inundaciones, ciclones, terremotos, volcanes…), que causan desastres de diferente magnitud, dependiendo de otros factores sociales, económicos o ecológicos, y muchos de ellos están siendo afectados y se han agudizado por el cambio climático – especialmente sequías, inundaciones y similares-; los proyectos de desarrollo, que abarca desde construcciones de presas, industria extractiva, urbanizaciones o monocultivos; los accidentes industriales, y los conflictos por la competencia por los recursos naturales[1].

Las migraciones debidas al cambio climático – migraciones climáticas- son consideradas una subcategoría de las anteriores porque en la actualidad es una de las causas más relevantes. Según la investigadora y ambientóloga Beatriz Felipe Pérez, el cambio climático está  directamente relacionado con el modelo de desarrollo imperante, y  afecta a las migraciones al menos de cuatro maneras:

 1) mediante la intensificación de los desastres naturales (tanto repentinos como de desarrollo lento), 2) las consecuencias adversas del incremento de la temperatura, la variabilidad climática y otros efectos del cambio climático para los sistemas de subsistencia, la salud pública, la seguridad alimentaria y la disponibilidad de agua, 3) la elevación del nivel del mar, que convierte a las áreas costeras en inhabitables y 4) la competencia por los recursos naturales, que conlleva el aumento de las tensiones e incluso conflictos[1].

En resumen, las migraciones ambientales se refieren sobre todo a movimientos involuntarios y multicausales, que comprenden una diversidad de situaciones – catástrofes repentinas, evoluciones progresivas del medioambiente, proyectos industriales o de infraestructura que generan modificaciones, etc- y siempre van de la mano de factores políticos, económicos y demográficos. Es decir, al igual que una persona afectada por un fenómeno natural que provoca una catástrofe inmediata, una persona que ha perdido su sustento por los efectos de la sequía o porque su agua poco a poco es menos potable por la presencia de una mina, no migra de manera voluntaria, sino que hay una serie de factores que presionan para que de manera más o menos inmediata abandone su hogar[1].

Aún no hay datos fiables que logren visibilizar la magnitud de la relación la movilidad humana y la degradación ambiental, de hecho, las estimaciones varían entre 200 millones y mil millones de personas que podrían estar desplazadas por el cambio climático durante los próximos 30 años[2].

Merece la pena resaltar las cifras que arroja cada año el Informe Mundial sobre Desplazamiento Interno por conflictos y desastre. Según este informe, en 2019 se registraron 24 millones 855 mil nuevos desplazamientos internos- es decir, personas que se mueven dentro del mismo Estado- motivado por desastres. La gran mayoría -23.9 millones-  son relacionados con el cambio climático, sobre todo por inundaciones, tormentas, ciclones y huracanas, y en menor medida se registran desplazamientos por sequías; y el resto, un millón, motivado con terremotos y erupciones volcánicas[3].  En el continente  americano, en ese mismo año se registraron 1 millón 545 mil[4], los cuales fueron provocados en su mayoría por inundaciones.

Migración forzada y crisis del medioambiente en Centroamérica

La migración forzada y la crisis medioambiental son dos realidades que marcan la región centroamericana en las últimas décadas. Centroamérica es considerada “zona cero” en relación a la vulnerabilidad a fenómenos climáticas extremos y al cambio climático. Según el índice de riesgo climático global a largo plazo, Honduras y Nicaragua están dentro de los 10 primeros países, y El Salvador y Guatemala en los primeros 20 países que con mayor riesgo climático del mundo[5].  Esta crisis se ha reflejado especialmente en 3 aspectos: En primer lugar, en los fenómenos naturales que asolan la región de manera periódica, sobre todo huracanes y terremotos. Por otro lado, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua integran el corredor seco centroamericano, con áreas de seguía y sequía extrema. Y en tercer lugar, las políticas extractivas de expolio de los territorios.

El quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático identificó y evaluó los riesgos del cambio climático de América Central, y destacó: inundaciones y deslizamientos de tierras debido a la precipitación extrema; el aumento de las temperaturas y la sequía disminuirán la productividad agrícola en el corto plazo; la degradación ambiental producto de la sobreexplotación de los recursos y la ausencia de planificación. A modo de resumen, el cambio climático y la degradación ambiental en Centroamérica provocan, según varios estudios, un incremento de la inseguridad alimentaria, pérdida de empleos, conflictos sociales por disputa de fuentes de agua, muertes y disminución de la calidad de vida[6]

Por otro lado, en las dos últimas décadas se ha agudizado lo que ya se podría llamar la crisis de la migración forzada en la región, causa por una multitud de factores expresión de los modelos de inseguridad, violencia y despojo impuestos por las élites. Dimensionar con exactitud el flujo migratorio es una tarea casi imposible, al tener la migración indocumentada – y, por tanto, con una tendencia a querer pasar invisible- tanta importancia en el total del flujo centroamericano. Sin embargo, existen datos, como el número de personas solicitantes de asilo – es decir, personas que huyen de un país buscando protección en otro- que nos puede ayudar a dimensionar. Según  la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, entre 2015 y 2019 más de 800 mil solicitudes de asilo fueron presentadas por personas de la región centroamericana[7].

Estudios exploratorios de la relación entre la migración forzada y la crisis medioambiental

A continuación se comparten 4 estudios que permiten extraer la relación entre dos la migración forzada y la crisis medioambiental, y dan pistas para profundizar

Los nuevos escenarios de la migración internacional en la región  Centroamérica- Norteamérica ( 2015)

Coordinador: Miguel Vilches Hinojoa

Red Jesuita con Migrantes Centroamérica Norteamérica

Según el informe, una de las características de la migración del siglo  XXI en la región es la migración forzada y su multicausalidad. Es decir, las personas que salen de sus países con la intención de alcanzar un lugar mejor para vivir, lo hacen habitualmente de manera forzada y no por elección. Esta multicausalidad que genera la migración internacional y/o el desplazamiento forzado en la región está descrito en varios estudios, entre ellos, el estudio de la RJM realizado en la frontera sur de México y la frontera norte de Guatemala, que se encontró que las causas que originan la migración son:

“…causa económica (17,845 número casos), pero está en segundo lugar causas ambientales (9,455 número de casos) y en tercer lugar causas de violencia (2,374 número de casos); la gran cantidad de casos que reportan causas ambientales puede deberse a las diversos eventos de sequías e inundaciones que vive la región, afectando principalmente la capacidad alimentaria y de empleo de las familias sobre todo rurales y campesinas, una causa poco atendida por los organismos internacionales y las organizaciones que defienden los derechos humanos de la población migrante…”.


Estudio social sobre vacíos de protección en conflictos relacionados con territorios (2016)

Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, ERIC-SJ, y Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR.

Este estudio sobre vacíos de protección en conflictos relacionados con territorios que realizó en 2016 el ERIC y ACNUR en 7 comunidades rurales de Honduras que tenían alguna problemática de bienes naturales, para explorar su relación con la migración y desplazamiento, nos arroja hallazgos interesantes:

Por un lado, los principales riesgos medioambientales que identifican las comunidades son:

  • Intervención directa de empresas extractivistas que roban sus bienes naturales
  • Alteración del ecosistema; derrumbes en laderas, inundaciones potenciales; Tala de bosques, contaminación del agua
  • Riesgos sociales desplazamiento de las personas que luchan en defensa del territorio y migración por falta de apoyo al desarrollo (salud, vivienda, alimentación)

Al hablar de migración forzada, identifican tres casos:

  • Desplazamiento forzado por ser comunidades establecidas en territorios de interés para proyectos extractivos.
  • Desplazamiento a liderazgos opuestos al extractivismo.
  • Migración forzada por búsqueda de  tierras para construir viviendas y cultivos de parcelas para la subsistencia de la familia.

Es decir, la migración forzada o desplazamiento se ve como un riego social, y se ve como una consecuencia del modelo.


Desplazamiento forzado interno en Guatemala (2018).

Coordinado por Sindy Hernández Bonilla. Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales de la Vicerrectoría de Investigación y Proyección de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala 

La investigación identificó amplia gama de factores que impulsan el desplazamiento interno en Guatemala: la violencia, la extorsión y las amenazas; la delincuencia organizada y el narcotráfico; y la expansión de las actividades comerciales en gran escala (como el cultivo de la caña de azúcar y la palma de aceite, la ganadería, la minería y la producción de energía hidroeléctrica); y los acontecimientos naturales y relacionados con el clima.

Según la investigación, la expansión de las actividades comerciales en gran escala ha reducido las zonas de cultivo de alimentos, lo que ha provocado el desplazamiento de familias y a veces de comunidades enteras en el noroeste del país. A su vez, esta situación ha puesto a estas personas en peligro de enfermedad y malnutrición, con escaso o nulo acceso a los medios de subsistencia. Su vulnerabilidad se ve exacerbada por la violencia, la intimidación y la apropiación de tierras por parte de las grandes empresas, así como por los daños ambientales causados a las tierras, en particular a las fuentes de agua por la contaminación, el uso excesivo y el desvío de los ríos. La investigación identificó 8 casos de desplazamiento por estas razones, que afectaron a más de 4.000 personas.  Las actividades empresariales provocan el desplazamiento, lo que a su vez conduce a una mayor pobreza: la población rural se queda sin tierra y sin su trabajo productivo.

Por otra parte, la geografía y la ubicación de Guatemala la hacen vulnerable a los fenómenos climáticos y naturales (tormentas, erupciones volcánicas y terremotos) que han provocado desplazamientos forzados. Esta situación se ve agravada por la falta de planificación del uso de la tierra, la deforestación, la deficiente supervisión de las viviendas, la escasez de viviendas y las deficientes medidas de prevención y preparación. Las personas más afectadas son las que ya viven en la pobreza.


Seguridad alimentaria y emigración ( 2017)

Programa Mundial de Alimentos

El informe Seguridad alimentaria y emigración estudia los vínculos entre la inseguridad alimentaria y los factores ambientales y climáticos y la migración.  El estudio se centra en el Corredor Seco de América Central, mediante encuestas que abarcan familias cuyos miembros habían abandonado el país desde el último episodio de El Niño (2014-2016).  El estudio concluye claramente que existe un vínculo entre la inseguridad alimentaria y la emigración de los tres países. En los últimos años se ha reducido aún más la producción de alimentos de los hogares debido a la escasez de lluvias y al fenómeno de El Niño. Las condiciones climáticas adversas en el Corredor Seco afectan a la seguridad alimentaria al frenar la productividad agrícola en la agricultura comercial y de subsistencia, así como las oportunidades de trabajo agrícola.  Según este informe, las condiciones de sequía de El Niño que comenzaron en 2014 causaron un aumento significativo de la migración irregular a los Estados Unidos. Si miramos más allá de la pobreza y el desempleo como causas generales de la emigración en el Corredor Seco, encontramos una reducción de la productividad agrícola, y eventos climáticos adversos como sequías, plagas que provocan pérdidas de cosechas y la aparición generalizada de violencia, concluye el informe.


Migraciones climáticas en el Corredor Seco Centroamericano: integrando la visión de género

Christian Aid

La finalidad de este estudio es entender la relación entre tres factores: migración, género y cambio climático en el Corredor Seco Centroamericano. A partir de cuatro estudios de casos, se concluye que en todas las comunidades se identificaron claramente el cambio de clima como causante del incremento de sequías, aumentos extremos de temperatura, inundaciones y cambios en los patrones de lluvias, asi como la irregularidad en las lluvias y sequías. Esto afecta de manera directa a la agricultura, ya que no se sabe cuando sembrar o cosechar, y solo se tiene una siembra al año, lo cual agudiza la inseguridad alimentaria. Además del cambio climático, se identificaron otras prácticas como la deforestación o los megaproyectos de agroindustria, minería  e hidroeléctricos, que suponen una amenaza añadida a los medios de vida. Respecto a la justicia de género, en las entrevistas quedó en evidencia las cargas extra que las mujeres asumen ante la variabilidad climática. Finalmente, el informe establece relaciones concretas entre el cambio climático y las migraciones, tanto temporales – motivadas sobre todo porque solo se siembra una vez al año, y normalmente son hacia otras regiones del mismo país o países vecinos-, y las migraciones permanentes – más vinculadas a fenómenos extremos como huracanes o deslizamientos. 


[1] FELIPE PEREZ, Beatriz. Migraciones climáticas: una aproximación al panorama actual. Noviembre 2018, p. 13 Disponible en: https://migracionesclimaticas.org/wp-content/uploads/2018/11/Informe-migraciones-clima%CC%81ticas-una-aproximaci%C3%B3n-al-panorama-actual.pdf

[2] Ardittis Solon, Frank Laczko, Migration, the environment and climate chance: waht data do we need and how to get it?, International Organization For Migration and Eurasylum, Migration Policy Practice, Vol. X, Número 1, Enero- Marzo 2020, pag. 2. Disponible en: https://publications.iom.int/system/files/pdf/mpp-40.pdf

[3]  Observatorio de desplazamiento interno, Consejo Noruego para Refugiados. Informe mundial sobre desplazamiento interno 2020, abril 2020, pág. 10. Disponible en: https://www.internal-displacement.org/sites/default/files/inline-files/GRID_Global_2020_Spanish_web.pdf#page=61?v=0.2

[4] Idem., pág. 52

[5] German Watch, Índice de Riesgo Climático Global 2019, pag. 4

[6] Christian Aid, Migraciones climáticas en el Corredor Seco Centroamericano: integrando la visión de género. Junio 2019, pág. 13. Disponible en: https://migracionesclimaticas.org/wp-content/uploads/2019/12/2019-migraciones-climaticas-InspirAction.pdf

[7] Vilches Hinojosa, Miguel ( coordina). Escenarios de la migración  internacional en la región Centroamérica-Norteamérica. Red Jesuita con Migrantes CANA. México, 2020. Pág. 13.


[1] Ibidem, p. 93


[1] Para profundizar, ver FELIPE PEREZ, Beatriz Irene, Las migraciones climáticas: retos y propuestas desde el derecho internacional. Universitat Rovira y Virgili. Tarragona, junio 2016, p. 58 a 75


[1] Idem

[2] Ibidem p. 62


[1] Organización Internacional de Migraciones (OIM). Glosario de la OIM sobre migración. Derecho internacional sobre migración. N 34. Ginebra, 2019, p. 129