1.- Al borde del llanto, el cinismo de Juan Orlando Hernández llegó al extremo de afirmar en la apertura de la Cuarta Legislatura, que todas las acusaciones en su contra son resultados de su decisiva lucha en contra del narcotráfico. Negó que tuviera responsabilidad alguna en las acusaciones que se le hacen, e insistió en afirmar que “Nadie en la historia de Honduras ha luchado tan exitosamente contra el narcotráfico como mi gobierno”.

2.- Quien hace esas afirmaciones de que quienes lo calumnian son delincuentes, se lleva de encuentro a la Fiscalía del Distrito Sur de Manhattan, y nos lleva de encuentro a las múltiples voces, entre las que nos contamos, que ratificamos que Juan Orlando Hernández ha convertido la institucionalidad pública en una estructura al servicio del narcotráfico y del lavado de dinero a través de los contratos y las concesiones públicas. Y sostenemos –en sintonía con los señalamientos de la Fiscalía de Nueva York–, que él mismo ha liderado redes criminales basadas en el negocio de la droga.

3.- Además de narcotraficante, Juan Orlando Hernández lidera hoy, junto a los otros titulares de los poderes del Estado, un gobierno conducido por una banda de delincuentes y ladrones, que ha saqueado los bienes públicos, y los recursos de la nación y ha utilizado los diversos órganos operadores de justicia para borrar huellas, aprobar decretos y figuras jurídicas que absuelvan de culpa a quienes son señalados en el robo de recursos o en delitos de narcotráfico y lavado, incluyendo a su familia.

4.- Juan Orlando es narco. Y narco criminal es la estructura institucional en la que ha convertido a un Estado que es del pueblo hondureño. Y es de dignidad denunciarlo y de honor patriótico combatir para rescatarlo. Pero no solo es narco. Juan Orlando Hernández es un impostor y es un usurpador de la voluntad soberana. Se robó las elecciones, falsificó la voluntad del pueblo para apropiárselas. Con el fraude se burló de la ciudadanía y del derecho, cometiendo delitos electorales.

5.- Juan Orlando Hernández no solo es narco, impostor y usurpador. Es traidor a la Patria, cometió el delito de violar la Constitución al manipular la legislación y a los tribunales hondureños para reelegirse y suplantar al pueblo soberano, único que puede cambiar la Constitución de la República. Y con todo descaro, este individuo nos viene a decir que nos ocupemos de otra cosa, y no andemos inventando que seguirá reeligiéndose.

6.- Demandamos respetuosamente al gobierno del Señor Joseph Biden que se desmarque del respaldo que las dos administraciones inmediatamente precedentes le dieron a Juan Orlando Hernández, a extremos de que el fraude electoral de 2017 fue debida y expresamente refrendado por ese gobierno a través de la voz autorizada de la anterior Representante de Negocios de la Embajada de Estados Unidos con sede en Tegucigalpa, Sra. Coronel Heide Fulton.

7.- Siendo los anteriores gobiernos estadounidenses responsables directos de la continuidad inconstitucional en el poder público de este individuo y de su círculo de delincuentes, al cual se unen los altos oficiales de las Fuerzas Armadas, a los que este régimen ha dado mayor rango y las posiciones de mando, demandamos respetuosamente la suspensión de toda ayuda militar a Honduras. Así como condicionar cualquier otra ayuda al desarrollo, a la lucha contra la corrupción, contra la impunidad y por el respeto a los derechos humanos y a los defensores del ambiente.

8.- Proponemos a la Comunidad Internacional, representada por las Naciones Unidas, la creación de una instancia que -con imparcialidad- contribuya a investigar y remitir a los tribunales de justicia, a quienes son debidamente señalados en actos de narcotráfico, corrupción e impunidad.

9.- Juan Orlando Hernández es enemigo de la Patria y de nuestro pueblo. Y llamamos a todos los sectores, organizaciones, fuerzas sociales y políticas, personas honestas e indignadas, de todas las condiciones a que sumemos energías y creatividades para impulsar un plan para presionar por su salida junto a la caterva de delincuentes y aduladores con cargos y funciones públicas que los convierte en corresponsables en el delito de abuso de poder y traición a la Patria.

10.- La mafia liderada por Juan Orlando Hernández nos tiene secuestrada a la Patria que es legítima, únicamente de los ciudadanos. Es de patriotas y de ciudadanos con dignidad, cumplir con la obligación y ejercer el derecho que nos da la Constitución de la República para recuperarla. Juan Orlando Hernández no es Presidente de Honduras, es un delincuente. Desconocemos sus mandatos como Titular del Ejecutivo, y ante un impostor solo corresponde la desobediencia civil. Esperamos que todos los funcionarios, dignatarios y oficiales dignos del Estado nos acompañen en este ejercicio.

11.- Con el debido respeto al proceso electoral y a todas las leyes que rigen al violado Estado de derecho, llamamos a todas las candidaturas a cargos de elección popular a unir su campaña proselitista a la lucha común, de todos, por erradicar la dictadura. Solo así lograremos juntar esfuerzos para alcanzar con éxito la liberación de nuestra Patria de esta ignominiosa dictadura.

Honduras, 27 de enero de 2021