0Shares

  Lunes, 14 junio 2021    

“Ayyy Nicaragua, Nicaragüita”

Así es el lamento. La vida misma, la libertad y la democracia están en juego en nuestra hermana y amada Nicaragua. Nombres que en el pasado fueron severamente perseguidos por la dictadura somocista, y que han tenido una trayectoria intachable como personas defensoras de la libertad de expresión, de los derechos humanos y de la democracia, hoy están siendo víctimas de un política de Estado que a cualquier costo, conduce a perpetuar en el poder a Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

Tratar estas persecuciones con las categorías de derechas e izquierdas, de imperialismos  y contra imperialismos, es una irresponsabilidad política, una cortina de humo, o en el menor de los casos, una ingenua nostalgia sentimental y emocional. En Nicaragua lo que tenemos es una severa represión y un atentado a las libertades individuales y a los derechos propios de una democracia. Aquí no hay vuelta de hoja.

Es cierto que Daniel Ortega y Rosario Murillo vienen de los cruentos años de la guerra anti somocista, y que tuvieron parte en acercar a los pueblos latinoamericanos a tocar el cielo de la revolución popular en aquellos aciagos como entusiastas años de la década de los setenta y ochentas del siglo pasado. Es cierta que esa Nicaragua revolucionaria fue duramente golpeada por la política interventora y guerrerista de los Estados Unidos.

Pero igual que Ortega y Murillo, los perseguidos actualmente, en su mayoría, provienen de esos mismos ambientes, y se jugaron la vida en defensa de la revolución y del pueblo nicaragüense. Nombres como el de Dora María Telles, Hugo Torres, la familia Vijil Gurdian, el escritor Sergio Ramirez, los Chamarro, entre otros, han estado unidos a la defensa de la soberanía nacional de Nicaragua, y se les persigue y encarcela por ejercer su derecho a la libertad de expresión, defender los derechos humanos, y porque buscan competir electoralmente en un campo adverso al oficialista. Esto no es ni democracia ni defensa de la revolución. Esto es tiranía, lo demás es cuento de camino real.

Es cierto que los gringos tienen mucho que ver en hacer turbia la realidad de Nicaragua. Han atacado con ferocidad al régimen de Ortega-Murillo mientras es permisivo con los desplantes criminales y corruptos del régimen de Juan Orlando Hernández. La OEA con el perverso Luis Almagro a la cabeza,  ha declarado dictador y enemigo de la democracia tanto al régimen nicaragüense como al venezolano, mientras no solo calla, sino que otorga reconocimiento a la narco dictadura hondureña.

Esa hipocresía de la geopolítica norteamericana contribuye a que haya gente que a estas alturas de los tiempos, reduzca su mirada a la simpleza de la izquierda y la derecha, y por quedarse anclada en un pasado de nostalgias se resista a calificar de represión y persecución a los actos que comete el régimen nicaragüense. Aquí en Honduras y allí en Nicaragua hay dictaduras, y por igual son una amenaza para nuestros pueblos, y con la fuerza como condenamos a la llamada narco dictadura de Juan Orlando Hernández, repudiamos la persecución de la que son víctimas reconocidos demócratas nicaragüenses. Desde aquí y con solidaridad, parodiamos la letra del hermoso canto del también perseguido y exilado Carlos Mejía Godoy: “Pero ahora que sos perseguida Nicaragüita, yo te quiero mucho más”.

Escuchar y descargar Nuestra Palabra


Derechos compartidos, citando la fuente | Contáctenos | Misión | Historia | www.radioprogresohn.net

0Shares