Jueves, 08 abril 2021

Cambio de paradigma en el valle de Sula

Un paradigma es un modelo a seguir y nos sirve para entender los comportamientos políticos, sociales, económicos y culturales de los pueblos. Son muy importantes para el funcionamiento de las sociedades, pero no están en escritos en piedra.

Todos los paradigmas tienen que transformarse, porque las sociedades son cambiantes y como toda construcción humana está sujeta a cambios, y ahí radica la esperanza de que siempre podemos mejorar o viceversa.

En la actualidad hay modelos que ya no funcionan y estamos obligados a cambiarlos, así como también hay modelos que siendo necesarios y funcionales los están eliminando para beneficiar a reducidas elites empresariales.

Un ejemplo de cambio de paradigma lo encontramos en el valle de Sula, en cuanto al control de inundaciones. Se está cambiando la estrategia del control de las inundaciones del valle a partir de la construcción de 14 represas hidroeléctricas y del traslado de la Comisión de Control de Inundaciones del Valle de Sula a empresarios nacionales.

Este cambio de paradigma representa una amenaza para las comunidades y un jugoso negocio para un reducido grupo de familias ricas del país. Un cambio de paradigma que echa a la basura la experiencia de las empresas bananeras quienes controlaron las inundaciones con los bordos y canales de alivios durante casi todo el siglo veinte.

Y más perverso aún, es que el nuevo paradigma desconoce estudios y voces de expertos que advierten que para el control de las inundaciones del valle de Sula se requiere de al menos cinco componentes: uno, construcción de embalses, diseñadas para almacenar agua que sirva para alimentar sistemas de irrigación agrícola; dos, reparación y construcción de bordos del río Ulúa y Chamelecón y todos sus canales de alivio; tres, dragado de ambos ríos; cuatro, campañas de reforestación en la cuenca alta de ambos ríos y; cinco, una política de construcción de viviendas tipo barracón como lo hizo la empresa bananera.

En este nuevo modelo de gestión de las inundaciones no hay nada nuevo, sólo se reafirma que quienes conducen el gobierno siguen desmantelando el Estado y repartiéndose las riquezas entre los mismos criminales. Sin duda, necesitamos un nuevo paradigma, pero no de control de las inundaciones, sino un nuevo paradigma de administración pública.