Cinco dinámicas en un año incierto

Llegamos a octubre y entramos a la recta final de un año marcado por el dolor, el miedo y la muerte. En medio de la incertidumbre encontramos al menos cinco dinámicas desarrollándose en paralelo y todas conducen al mismo punto.

Primera dinámica. Entrega de la soberanía con los proyectos extractivistas. Hablamos de la entrega de territorio a la minería, las hidroeléctricas, monocultivos y cerramos el año con la implementación de la primera Zona Especial de Desarrollo y Empleo en la comunidad de Crawfish Rock en Roatán, un nuevo colonialismo disfrazado de desarrollo.

Segunda dinámica: El Coronavirus sigue su curso. Han pasado siete meses de la llegada del Coronavirus mientras unas voces llaman a quedarse en casa y otras ya se olvidaron y andan levantando banderas de su equipo de fútbol o de su partido político. Todo apunta a nueva ola de infectados y de muertos.

Tercera dinámica. Criminalización de los defensores y defensoras de los bienes naturales y la libertad de expresión. En el sur, en el norte, en el occidente y oriente hay guardias privados, policías, militares, jueces y magistrados, todos alineados para defender al régimen y sus proyectos de muerte. Los mercenarios primero buscan sobornar, si no funciona llega la criminalización penal y si eso no basta entonces mandan los gatilleros.

Cuarta dinámica. Se abrió la campaña política electoral. Las elecciones son muy importantes para construcción de democracia y Estado de derecho, pero al no contar con las reformas electorales profundas estamos ante unas elecciones que recuerdan los últimos tres procesos electorales, que solo han servido para legalizar a los criminales que dieron el golpe de Estado.

En el centro de las cuatro dinámicas está la Casa Presidencial, desde ahí se decide qué ley electoral pasa o no pasa en Congreso Nacional, se decide qué proyecto extractivo se mueve o no actualmente y desde ahí se impulsa la estrategia de criminalización en manos militares y policías. Y en paralelo la corrupción y la impunidad, la concentración de riqueza y aumento de la pobreza siguen a rienda suelta.

Por suerte contamos con una Quinta dinámica. Las luchas territoriales y las articulaciones de organizaciones sociales en defensa de la soberanía y de las riquezas naturales. Desde ahí se continúan luchando para sacar el régimen político corrupto como principal obstáculo para el cambio en el país.