Lucía Vijil Saybe*

Responden a la necesidad imperante de que el modelo instalado no fracture los tejidos sociales y retome los postuladosdel desarrollo económico integral.

Los conflictos por la defensa territorial en Choloma, a causa de la instalación de una ZEDE, son el eco de un llamado histórico por el respeto a las dinámicas comunitarias y las lógicas propias de comercialización.

“Esto no es diferente a una feria de maquiladores o de cafetaleros en donde se presentan las oportunidades de negocio y productos de un país”, afirma una carta abierta de Ciudad Morazán, dirigida a la opinión pública el 18 de octubre de 2021. En ese discurso se van posicionando ideas confusas sobre la apuesta económica, política y de control social en Choloma, municipio del departamento de Cortés, donde está ubicada una de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE).

Debates conceptuales

Sobre las ZEDE hay muchas lecturas, pensamientos y criterios económicos encontrados. Sin embargo, convergen al considerar la propiedad privada como columna vertebral de la acumulación de capital. De acuerdo con Villareal (2009), el capitalismo como sistema económico se define como “la propiedad privada de los medios de producción y el sistema de precios como mecanismo para la asignación de la producción y distribución de los recursos”.

El capitalismo, históricamente, ha generado acumulación a través de la plusvalía sostenida por el salario del trabajo, es decir, por las ganancias obtenidas de una fuerza de trabajo flexibilizada. Ideológicamente, al capitalismo lo ha sostenido un liberalismo económico y político, marcado por el despojo de las economías periféricas y el pago de deuda pública.

El neoliberalismo que lo actualiza tiene como características principales el libre mercado, la desregulación, privatización y eliminación del concepto de bien público o comunidad. Se ha afianzado en diferentes dinámicas transnacionales, marcadas a su vez por la globalización del mercado internacional. Una rama de esa doctrina es el pensamiento económico libertario, que defiende la libertad individual, la economía de mercado, la propiedad privada y el gobierno limitado. Según Ravier (2018), los libertarios se pueden dividir entre

los minarquistas, que consideran útil y necesario al gobierno, aunque en funciones limitadas, y los libertarios anarco-capitalistas de propiedad privada, que piensan que es innecesario contar con el ente gubernamental no solo en materia de educación, salud, infraestructura y pensiones, sino también en cuanto a dinero, seguridad y justicia.

Estas tres líneas de pensamiento han jugado su papel en el debate nacional sobre las ZEDE. Los libertarios anarco-capitalistas desisten por completo de la tutela del Estado. Tanto el capitalismo como el neoliberalismo colocan en el centro a la empresa privada y el interés del fin individual, dejando de lado los gastos sociales y las formas de participación, en detrimento de la democracia. Sin embargo, utilizan la democracia liberal como forma de control aceptada por la mayoría en elecciones y diferentes formas de representación política institucionalizada.

Los modelos de producción y el comercio internacional

Históricamente, cada enclave económico instalado en el país y sus respectivas modalidades de producción[1], ha venido de la mano con un marco que regula las acciones comerciales y otras formas de regulación y flexibilización, como en los ejemplos siguientes:

  1. Instalación del puerto de Amapala: los puertos son estructuras que permiten el intercambio de mercancías para satisfacer, de acuerdo con los postulados de la economía, las necesidades de los humanos. Este camino inicial de constitución de puerto, ya traía consigo facilidades de intercambio, pues el decreto de 1847 en que se le nombra “Puerto franco de Amapala en la isla del Tigre”, establecía que no se pagarían derechos marítimos de ninguna especie durante diez años.
  • Enclave minero y bananero: el tipo de economía que responde al modelo de exportación de materia primas (primario exportador), obliga al Estado de Honduras a brindar el marco legal que facilite el concesionamiento de tierras y los beneficios de instalación a las grandes empresas transnacionales (la mayoría de origen estadounidense), justificando con el crecimiento económico y la inserción de las economías centroamericanas en un mercado regional. Ambos enclaves representaron para Honduras la diversificación de capital, pero también modelos y modos de producción específicos. Hay que destacar que los gobiernos militares no lograron instalar por completo las exportaciones nacionales en el mercado internacional. Fue el período de “transición” a la democracia el que sentó las bases para una apuesta económica sobre regímenes portuarios e infraestructura logística.
  • Maquilas: la estructura de producción comercial se transformó con la instalación de las maquilas, avaladas por la Ley de Zonas Libres (1976, 1989, 1994, 1998), la Ley de Zonas Industriales de Procesamiento (1987) y el Régimen de Importación Temporal (1984). Los principales países relacionados comercialmente con Honduras (1990-2004), de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, son: Estados Unidos, los 25 países de la Unión Europea, el mercado centroamericano y Asia.

Este modelo de transformación y producción le resta importancia al enclave minero y bananero, y se introduce al país con mayor fuerza a partir de 1990 con los postulados neoliberales y los tratados de libre comercio. Desde su ingreso al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT-General Agreement on Tariffs and Trade) en 1994 y su adhesión a la Organización Mundial del Comercio en 1995, Honduras intensificó su apuesta por una apertura unilateral de socio comercial y una integración regional que le permitiera competir a través de la negociación multilateral. Hasta 2003, Honduras había suscrito doce acuerdos para la promoción y protección de la inversión extranjera, a la vez que las zonas francas permiten la importación temporal de mercancías, y algunas permiten la transformación final de los productos.

  • ZEDE: la ley que crea las ZEDE establece su marco general de regulación. En el caso específico de la ZEDE denominada Ciudad Morazán, en su normativa ZM 003-2020, afirma que ha sentado las bases mínimas para incentivar la inversión por medio de la creación del Registro Mercantil de Ciudad Morazán, así como las reglas mínimas para la constitución de sociedades a operar dentro de Ciudad Morazán. De igual forma, se aprobó la normativa ZM 002-2020 sobre las disposiciones fiscales siguientes:

A. No se cobrará ningún impuesto a las importaciones que se realicen.

B. No se cobrará ningún Impuesto al Valor Agregado o IVA.

C. Se cobrará un Impuesto sobre la Renta del cinco por ciento (5%) sobre los ingresos netos.

Es importante ubicarnos en el tiempo, porque la consolidación de los modelos y modos de producción están casados con los sistemas de gobierno. Todo el litoral norte del país (departamentos de Cortés, Atlántida y Colón) ha formado parte de los ciclos más complejos de industrialización de la economía, y es ahora el foco de referencia para los libertarios.

Caracterización de Choloma, Cortés

La lógica de los libertarios en Choloma, al igual que en todos los puntos de instalación de las ZEDE, responde a un circuito completo de comercialización de mercancías y servicios; y ahora también a la modernización y tercerización de las formas de producción. A continuación se presentan algunos datos de interés a ese respecto:

  1. De acuerdo al Banco Central de Honduras (2021), en 2018 el personal ocupado reportado por las empresas maquiladoras fue de 139,641 personas, 7,443 empleos más en comparación con 2017, traduciéndose en 30.1% del total de la fuerza laboral de la industria manufacturera. La región con mayor demanda de personal para laborar en la industria de la maquila es la zona norte del país (departamentos de Cortés y Atlántida), donde capta 119,188 empleados, que ponderan el 85.4% del total ocupado; correlacionado con el número de empresas que operan en la zona, constituye el 87.3% del total.
  2. La Industria Maquiladora de Exportación (IME) surgió y se desarrolló en los municipios de Choloma, Villanueva, San Pedro Sula, La Lima y Puerto Cortés. La Asociación Hondureña de Maquiladores (AHM), para atraer inversiones, establece como incentivos (normativa bajo Ley):
  3. Exención del 100% del impuesto sobre la renta, patrimonio neto y contribución solidaria e impuesto sobre ventas.
  4. Exención de impuestos, derechos y demás cargas sobre importaciones y exportaciones.
  5. Exención del 100% de los impuestos municipales.
  6. Exención de impuestos sobre los combustibles derivados del petróleo que se utilicen para la producción.
  7. La moneda extranjera es propiedad del exportador.
  8. Acceso a diferentes mercados en condiciones preferenciales (acuerdos comerciales).
  9. Programa de subsidio permanente al empleo. (El gobierno subsidia el 50% del salario mínimo por cada trabajador contratado permanentemente durante los primeros tres meses).
  10. Ventas en el mercado nacional:
    1. Para empresas industriales, hasta el 100% de su producción.
    1. Para empresas comerciales, hasta el 50% de su producción.
  11. La existencia de San Pedro Sula como foco urbano y la oferta abundante de mano de obra con poca formación vocacional, permitió la consolidación de centros fuertes de empleo precarizado, acompañado de flujos migratorios internos que potenciaron la región norte del país.
  12. Empresas hondureñas se han instalado en los diferentes parques industriales para sostener la cadena de producción de las maquilas. Y estas empresas son el sostén específico de una cadena de tercerización de servicios comerciales, como el alquiler de edificios, seguridad, agua potable y electricidad y trámites bancarios, entre otros.

El modelo actual de producción y comercialización en Honduras ha estado marcado por: a) una supeditación completa a las necesidades del país comprador y sus requerimientos; es decir, la consolidación de una economía primaria exportadora; b) son escasos los gobiernos que han promovido medidas proteccionistas para favorecer a la pequeña y mediana empresa hondureña; c) la flexibilización en las políticas de intercambio de mercancías ha colocado en jaque a los procesos de integración centroamericana por las competencias desleales y medidas comerciales; y, d) la apuesta económica ha sido un proceso alejado de las realidades nacionales marcadas por la desigualdad; el sujeto político es realmente el operador de un andamiaje que le reduce y limita por completo su condición de ciudadano y ciudadana.

¿Qué buscan los libertarios en Choloma?

Ahora imagínese un sistema en el que una empresa privada como «proveedor de servicios del gobierno» ofrece protección de la vida, la libertad y la propiedad. Este servicio incluye seguridad interna y externa, un marco legal y reglamentario, y la resolución independiente de disputas. Usted paga una cantidad contractualmente fija por año por estos servicios. Además, te ocupas de todo lo demás por tu cuenta, pero también puedes hacer lo que quieras, limitado sólo por los derechos de los demás y las normas de convivencia acordadas contractualmente.

Titus Gebel, Ideario de las Ciudades Privadas Libres.

Con el retrato previo sobre las diferentes normativas nacionales y los tratados internacionales de comercio que han favorecido históricamente al sector de la maquila, a la agroexportación y las grandes comercializadoras, ¿por qué colocar en el debate a la ZEDE Ciudad Morazán?

En su carta abierta a la opinión pública, Ciudad Morazán afirma:

En el fondo, Ciudad Morazán es como unir un parque industrial o centro comercial con un espacio de vivienda. En el espacio habitacional proponemos una vida segura y ordenada y hay ciertas reglas para mantener esas condiciones. El hondureño o residente que quiera hacer una vida aquí es bienvenido, el que no, es respetado.

Hemos puesto en el debate las ZEDE como una modalidad extractiva dentro de una lógica capitalista guiada por los preceptos anarco-capitalistas. Y en diferentes declaraciones, desde sus ideólogos hasta sus representantes en Honduras, la lectura de su discurso nos deja los siguientes puntos de reflexión:

  1. La respuesta a los problemas económicos, sociales y políticos en Honduras, no está en la empresa privada. Los diferentes recorridos históricos en materia económica y comercial, nacional e internacional, han estado bajo la tutela de los intereses de la élite económica hondureña que, a la larga, ha sido el sector beneficiado con los marcos para favorecer sus inversiones. Sin embargo, ese modelo ha significado procesos complejos de reconcentración de la propiedad de la tierra, despojo territorial y contaminación ambiental. Es más, cuando se plantea el aniquilamiento del Estado como ente regulatorio de las dinámicas sociales y el aseguramiento mínimo de las condiciones de vida de la ciudadanía, se está promoviendo la ruptura del tejido social y cultural, así como de las líneas históricas de construcción de los y las sujetas políticas en sociedad.
  2. La política de tercerización de servicios en una sociedad desigual es un mecanismo más de exclusión. A pesar de la confabulación con el sistema educativo superior para formar mano de obra calificada para alimentar los sistemas de producción nacional en este tipo de esquemas a gran escala (referido a los técnicos y esquemas profesionalizantes), en una sociedad con índices altos de pobreza, brechas de género y digital cada vez más amplias, creer que las medidas económicas que han convertido los derechos en servicios son la respuesta, encuentra su punto de quiebre en los últimos 60 años. Para el caso, los daños permanentes en sus articulaciones y músculos que las trabajadoras de la maquila han denunciado, y que son producto de los movimientos continuos en sus puestos de trabajo, son muestra clara de una política muy violenta que deshecha personas y fácilmente coloca a otras para sustituirlas, tal cual la política de descarte del ser humano.
  3. La apuesta por un espacio seguro debería ser una política nacional. Vender la idea de lugares seguros, con acceso a educación y salud y en términos de tranquilidad, debería ser la política nacional. Nadie tendría que pagar por ingresar o alquilar un espacio “seguro” dentro del propio país. El cercamiento total de las sociedades solo promueve el descontento y agudiza las multicrisis nacionales.
  4. Normativa de constitución bajo modalidad virtual. Siguiendo la secuencia de los extractivismos a nivel nacional, la modalidad virtual para la aprobación de los marcos regulatorios ha sido la favorita de las empresas extractivas y el Consejo de Ciudad Morazán para aplicar y agilizar los trámites de constitución de dicha ZEDE. En Honduras, las experiencias virtuales dejan por fuera los mecanismos de acceso a información y participación ciudadana efectivos, prestándose para continuar con las alegalidades en un contexto extractivista.
  5. Más concesiones en detrimento de la estructura logística comercial nacional. Si colocáramos en el centro del debate lo que le ha costado al Estado de Honduras consolidar su infraestructura portuaria y las negociaciones comerciales con los países compradores, Ciudad Morazán y toda ZEDE que tome como foco de referencia los puertos y espacios de comercio ya establecidos, representan para Honduras una competencia desleal interna. Puesto que no están supeditadas a la normativa nacional por las características de creación de sus propias normas laborales, de intercambio de mercancías, modelos de transferencia y transacciones monetarias, Ciudad Morazán es una pieza más para perpetuar las relaciones comerciales desiguales y el papel de Honduras como una economía primaria-exportadora de las mercancías y servicios.

En fin, la consolidación peculiar de cada una de las ZEDE implica un reposicionamiento de los sectores sociales y comunitarios que defienden el territorio. Mientras Ciudad Morazán se escuda bajo lógicas de tercerización de servicios con la puesta en marcha de proyectos habitacionales, es importante recordar que:

  1. Los tejidos sociales han sido fracturados por un sistema desigual de acumulación de capital, sostenido por la explotación de una fuerza laboral constituida por jóvenes y mujeres (responden a lógicas de migración interna), con garantías mínimas o sin estas, en el marco jurídico de los derechos laborales.
  2. Ciudad Morazán es un punto de referencia internacional en un nivel de “blindaje económico”; es decir que, los intereses que se mueven en esta región, son puntos de conflicto para un sector de la empresa privada que se ha consolidado con rubros de producción para la agroexportación, y otro que está avanzando por el sostenimiento de la industrialización bajo marcos favorecidos por la normativa nacional en beneficios comerciales. Sin embargo, ninguno de ellos ha logrado el desarrollo económico efectivo de la región norte de Honduras.
  3. Las dinámicas políticas y sociales que se ven en las disputas registradas por la defensa territorial en dicha región, son el eco de un llamado histórico por el respeto a las dinámicas comunitarias y las lógicas de comercialización propias. A la vez, responden a la necesidad imperante de hacer que el modelo instalado retome los postulados del desarrollo económico integral. Si bien es cierto la logística internacional ha logrado potenciar el intercambio entre naciones, no ha sido capaz de generar iniciativas respetuosas y de reconocimiento de los países como lo que son: un cúmulo de experiencias y recorridos con lecciones sobre la forma en que se puede o no, establecer intercambios justos entre compradores y vendedores.

[1] Véase: José Luis Palma, “El regreso de los enclaves a Honduras en el siglo XXI: Las zonas de empleo y desarrollo económico (ZEDE), la versión de las ciudades chárter rechazada por su creador Paul Romer (2010-2019)”. Disponible en: https://www.redalyc.org/journal/152/15264294005/html/


* Investigadora y analista del Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD). Licenciada en Comercio Internacional y máster en Cooperación Internacional y Gestión de Proyectos para el Desarrollo.