Martes, 17 noviembre 2020    

Crisis pandémica, climática y de violencia de género

El Covid-19 no solamente ha dejado claro el desprecio absoluto del régimen de Juan Orlando Hernández por la vida y la salud de las personas, sino también el hambre feroz de sus cómplices por robarse hasta el último lempira de la pandemia.

Pero el Coronavirus también ha mostrado que, para este régimen, la vida y la integridad de las mujeres y las niñas no es un asunto prioritario, y a pesar de la gravedad de la situación, no se aborda como una emergencia nacional.

En el contexto de la pandemia el régimen ordenó el confinamiento de la población sin tener en cuenta que estaba obligando a muchas mujeres y niñas a encerrarse con sus agresores, sin darles opciones reales de seguridad.

De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Emergencias 911, hasta septiembre de este año se contabilizaron 76,520 reportes por violencia doméstica e intrafamiliar, y según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, se registraron 245 femicidios.

Sumado a ello, el paso de los huracanes Eta e Iota están abonando al sufrimiento que viven ellas, pues como lo plantea la jueza Claudia Isbela López, si bien a los hombres también les afecta, a las mujeres les golpea de una manera desproporcionada.

Uno de los factores determinantes para ello es la situación de vulnerabilidad frente a la violencia a la que están constantemente expuestas por razones de género. Por eso, es imperativo abordar estas crisis pandémica y climática con un enfoque diferenciado.

Debemos tener claro que no podremos superar los estragos de la corrupción de la dictadura ni de los desastres naturales sin garantizar urgentemente el derecho de las mujeres y las niñas a vivir una vida libre de violencias.

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