Jueves, 02 Septiembre 2021

Desafíos del actual proceso electoral

Se levantó la tranca y comenzó la carrera para las elecciones generales. Tienen 90 días los candidatos y los partidos políticos para luchar por la Presidencia de la República, la integración del Congreso Nacional y la conducción de los 298 municipios. Es la cuarta edición electoral después del golpe de Estado, y todos los datos apuntan que tendremos unas elecciones tan peligrosas como irregulares. Para no dejarnos atrapar por entusiasmos pasajeros, destacamos al menos cuatro desafíos a superar por las autoridades conductoras del proceso electoral, por los partidos políticos y la ciudadanía.

Primer desafío. Superar el fantasma continuista que está muy presente en todo el proceso electoral. Si las elecciones de 2009 y 2013 fueron la antesala de la instalación de narco dictadura, las elecciones 2017 fueron el baño de legitimidad de los criminales, todos los vientos apuntan que los protegidos por el Pacto Político de Impunidad están moviendo la cuna para seguir protegidos por el Estado.

Segundo desafío. ¿Cómo enfrentar un partido político que oficialmente es definido por los fiscales estadunidense como una estructura criminal? Es un partido que además de contar con todos los recursos del Estado, actúa con sus propios códigos de campaña, integró sus planillas con muchas personas formalmente acusadas de corruptas y vinculadas al narcotráfico. Entramos a unas elecciones con un partido político que tiene la plata y el plomo como pedagogía electoral.

Tercer desafío. ¿Cómo generar entusiasmo en el electorado? Entramos a unas elecciones marcadas por una sociedad en estado depresión colectiva. Según datos de los sondeos del ERIC, el 42 por ciento de la población no tiene preferencia por ningún partido, y ocho de cada diez hondureños y hondureños perciben que los partidos políticos son corruptos, y el 75 por ciento no tiene confianza en el proceso electoral.

Cuarto desafío. ¿Cómo respetar la dignidad de los votantes? En las últimas campañas el elector fue tratado como tonto u objetos a comprar o sobornar. En estas elecciones todo apunta que la emergencia sanitaria y la crisis humanitaria que dejaron los huracanes serán utilizadas para hacer campaña política. Pedir que se rompa con el clientelismo político es como pedir al actual gobernante que deje de mentir, pero es deber ciudadano exigirlo.

Estamos en tiempos extremos, propicio para que todos los actores políticos y todo el electorado aporte para asegurar que haya transición del poder político del país. Un pueblo tan sufrido merece que le respeten su voluntad expresada en el voto, como condición para reorientar el camino destructivo de la última década.