El espíritu de Herminio Deras revolotea en nuestra historia

Viernes, 13 de Mayo 2022

El espíritu de Herminio Deras revolotea en nuestra historia

39 años después se derribó el muro de la impunidad, y el Estado hondureño reconoció su responsabilidad, a través de miembros de las Fuerzas Armadas, en el asesinato del dirigente popular y político Herminio Deras. Se hizo justicia, su padre y su madre ya pueden descansar en paz, y sus hijos, esposa y hermanas y hermanos pueden también disfrutar de los abrazos y sonrisas sin la angustia de que no se ha hecho justicia.

Progreseño, Herminio Deras fue un ser humano excepcional. Cuentan que así como amaba la lucha social, política y magisterial, amaba a su esposa y a sus hijos, y sus padres, hermanas y hermanos lo encontraban siempre que necesitaban su presencia y su apoyo.

Nunca se supo cómo lo hizo, parecía que se dislocaba y se hacía varios herminios; lo cierto es que Herminio tenía compromisos en todo el país. «Diego» lo llamaban sus compañeros de lucha del Partido Comunista, y los testimonios de quienes estuvieron a su lado coincide en calificarlo como uno de los seres humanos con más generosidad y entrega que hayan conocido.

Cuentan que sus principios eran tan sólidos, que tuvo sin duda un movimiento de cintura para escuchar diversas opiniones y una flexibilidad para establecer alianzas a corto y largo plazo con sectores de concepciones e ideas muy diversas.

Con los años, a través de testimonios de sus más cercanos compañeros de lucha, su supo que una de las tareas de Herminio fue la de acercar a la lucha a oficiales del ejército, periodistas, curas y pastores. Y es que una persona con la generosidad de Herminio Deras no podía encerrarse en una determinada militancia o credo.

Formalmente no era creyente, pero tuvo una profunda espiritualidad basada en el humanismo que lo hacía muy cercano a la mística y la fe cristiana. Una persona como Herminio es de las que estorban a quienes se lucran de la mano de obra de los obreros y sostienen el sistema productor de desigualdades. Y así pasó con Herminio. Un día 29 de enero de 1983 un sicario lo esperó en una calle de San Pedro Sula y lo asesinó a balazos. Una muerte física. Una muerte cargada de espiritualidad.

Pasaron los años y un día de 2007, una mujer tocó a las puertas de la oficina del ERIC para ofrecer con timidez sus servicios como administradora por si en algún momento la institución requería servicios técnicos para elaborar proyectos. ¿Y Usted quién es? «Soy Alba. Alba Deras, y todavía lloro la ausencia de mi hermano Herminio, de quien aprendí todo lo que ahora soy. Mi oficio esencial es el de buscar que se haga justicia, y por eso busco una institución que sintonice con mi lucha».

No necesitaba más currículum. Y desde entonces el espíritu de Herminio Deras revolotea sin detenerse por los pasillos, oficinas, reuniones y trabajos del ERIC y Radio Progreso porque Alba con su entrega, sencillez y arduo trabajo, y sobre todo con su compromiso y claridad política, lo sabe testimoniar entre nosotros. Porque no mintió: toda ella es presencia viva de Herminio Deras.