Sábado, 13 febrero 2021

Febrero para amar. Y te mataron

Amor y amistad, así decimos en febrero. Y en febrero mataron a Jeannette Kawas, y en un febrero mataron a Camilo Torres, el cura colombiano de los años sesenta del siglo pasado. Y en este febrero en nuestra Honduras la policía asesinó dentro de una celda a Keyla Patricia Martínez en La Esperanza, Intibucá.

Febrero sigue siendo un mes para el amor y la vida, para las entregas y para renovar entregas y compromisos. Pero fue también en un febrero cuando fue asesinado el llamado General de Hombres Libres, Augusto César Sandino, y desde Estados Unidos viene con fuerza la memoria del asesinato del luchador negro Malcon X. Febrero para amar, de acuerdo, pero febrero también está regado de sangre inocente y martirial. Así es febrero.

Febrero es oportunidad para profundas e intensas jornadas de amor, amistad y entrega. Febrero es muy buena ocasión para hacer memoria de aquellas vidas segadas por vivir intensamente el amor que se comparte.

Es cierto que Camilo Torres fue asesinado en un febrero, pero también es cierto que este cura revolucionario también nació en un febrero. Por eso, febrero es memoria de luchas de amor y de vida. Fue en un mes de febrero cuando los negros haitianos rompieron las cadenas de su esclavitud, y cuando se aprobó, en 1794, la primera ley americana de abolición de la esclavitud. Y fue en un febrero, cuando el gran luchador negro sudafricano, Nelson Mandela, alcanzó su liberación tras 27 años de estar preso por su amor y su lucha en contra de la segregación racial.

Y en este tormentoso y políticamente errático 2021, febrero emerge con toda su memoria histórica y de martirio para amar intensamente entre la gente más golpeada por el imperio de los fuertes y opresores.

Febrero para amar emerge en Intibucá, y desde esa región regada con la sangre martirial de Berta Cáceres, brota el clamor de justicia ante la sangre inocente de Keyla Patricia. En febrero confesamos que surge el amor y la entrega desde la tierra hondureña ensangrentada, y junto a las mujeres luchadoras y la juventud defensora de la vida, ratificamos la vocación del pueblo hondureño de amar y luchar en tierra sangrienta.