Jueves, 26 de Mayo 2022 |
Formación, ¿para qué?
Hay formaciones de muchos tipos. Están las formaciones doctrinales, seguramente de las más abundantes y comunes, como las que se imparten en las iglesias con el fin no solo de ganar adeptos sino de fortalecer doctrinariamente a los miembros o feligreses. Estas formaciones se basan en repetir la doctrina, y presentar la misma como incuestionable y se sustenta en dogmas y preceptos que dan sustento a la pertenencia a la comunidad religiosa.
Quienes egresan de esas formaciones defenderán los contenidos de las mismas y mostrarán ante los demás que no hay nada más correcto que la pertenencia a esa comunidad, y se convierten en propagadores de sus contenidos y repetidores de su doctrina. Estas formaciones han sido clásicas en las iglesias y religiones, pero no exclusivas de ellas. La formación doctrinal es propia también de los partidos políticos y organizaciones ensimismadas en su propia estructura organizativa.
Los destinatarios de esta formación política egresarán mostrando que el partido o la organización son lo máximo y verán como peligro a quienes formulan algún cuestionamiento. Es lo que llamarían formación de cuadros o de militantes. Con sus variantes, los egresados salen como repetidores de doctrinas, dogmas y consignas. La formación así es semillero de adeptos y seguidores ciegos de dirigentes a quienes defienden como modelos perfectos de la sociedad, y hasta taparían sus errores e incoherencias como parte de su lealtad partidaria.
De estas formaciones es de la que abunda en nuestra sociedad, Iglesias y organizaciones políticas, por muy opuestas y distintas que sean, se acaban encontrando en una misma concepción y en un mismo espíritu dogmático para la formación de piezas con un mismo tono y una misma obediencia corderil.
Las cosas se complican cuando la formación se organiza no primordialmente para que de la misma egresen personas que den culto a una iglesia, un partido político o una organización determinada, sino para ofrecer contenidos y conceptos basados en la libertad humana, con capacidad crítica frente a la sociedad, que la gente se forme no para afiliarse o defender una iglesia o una organización política, sino para adquirir capacidad para tomar sus propias opciones y decisiones en la vida.
De esta formación es de la que la sociedad hondureña necesita, y es la que falta en altas dosis. Nuestras organizaciones impulsan formaciones pensando en que los egresados sean más fieles a la organización y la defiendan de las demás organizaciones que amenazan el entorno. Y si alguien se sale del guacal y critica a la organización, o peor, cuestiona métodos de las dirigencias, se le aplica aquello que se ha repetido en los últimos tiempos, “es pa fuera que vas”.
La formación que promueve contenidos y métodos que ayuden a pensar desde la libertad y para tomar opciones ante las diversas ofertas de la sociedad, es la más incómoda, pero es la que necesitamos promover, sabiendo que quienes así lo hagan no esperarán borregos ni gente repetidora, ni tampoco gente que adulará a la organización ni a sus dirigentes, sino gente abierta, crítica y propositiva.
Escuchar y descargar Nuestra Palabra
Derechos compartidos, citando la fuente | Contáctenos | Misión | Historia | www.radioprogresohn.net