Martes, 02 enero 2021 |
La pesteLa peste es una enfermedad provocada por una bacteria y es considerada una de las más agresivas y mortíferas si no se aplica un tratamiento adecuado. En Honduras tenemos nuestra propia peste que ha erosionado la institucionalidad democrática y ha convertido al país en una autocracia. La bacteria que tiene al país en cuidados intensivos se llama Juan Orlando Hernández, quien es la cara visible de un sector que se considera amo y señor de la Matria y de todo lo que hay en ella, y con la legitimidad de determinar el destino de quienes habitamos esta tierra. Hay tres datos que evidencian cómo esta peste ha deteriorado nuestra vida. En primer lugar, Honduras ha sido convertida en una narco-dictadura sostenida por el crimen organizado y las Fuerzas Armadas, quienes en muchas ocasiones actúan sin diferenciarse. En segundo lugar, Honduras se ha convertido en un Estado fallido para garantizar las condiciones mínimas de dignidad de una población que se debate entre el hambre, la enfermedad y la violencia, y en un Estado fuerte para criminalizar a quienes defienden la vida. Y, en tercer lugar, Honduras se ha convertido en un paraíso de la corrupción como lo acaba de confirmar Transparencia Internacional en el sentido de que el país registró su puntuación más baja en 8 años en el índice de percepción de corrupción 2020. Así como la peste requiere de un poderoso antibiótico para erradicarla del cuerpo humano, Honduras necesita urgentemente una fuerte dosis de movilización ciudadana, de articulación opositora y de ciudadanía activa y crítica para sacar a la peste que impide la dignidad de la nación.
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