La tormenta perfecta

El 2020 quedará grabado para siempre en la memoria. Comenzamos el año con la crisis política a flor de piel, y en marzo como regalo divino para Casa Presidencial llegó el Coronavirus que encerró a la sociedad hondureña y fue la excusa para saquear las instituciones y acumular fondos para financiar campaña electoral.

Un desastre natural faltaba en la ecuación hondureña. El huracán Eta llegó y está dejando cantidades de agua que nos hace recordar aquellas lluvias del huracán Mitch de hace 22 años y reabre heridas sobre viejas cicatrices, golpea la memoria y recuerda viejos y nuevos ladrones en las emergencias hondureñas.

No solo estamos ante una emergencia natural, estamos sufriendo las consecuencias de una emergencia social y política. Han pasado 22 años desde el huracán Mitch y parece que muy poco hemos aprendido y mucho se ha robado.

Según datos del Fosdeh, del huracán Mitch a la actualidad el Estado invirtió más de quinientos mil millones de Lempiras para reducir de pobreza, sin embargo 22 años después estamos más pobres y más vulnerables. Un ejemplo más concreto de emergencia política, fue aprobar y saquear cerca de 100 mil millones de Lempiras para la pandemia del Coronavirus.

La certeza que tenemos en estas dos décadas es que la vulnerabilidad ambiental está relacionada con la variable corrupción, ésta a su vez se conecta con la variable pobreza, y esta a su vez se conecta con procesos electorales, y así se alimenta la vulnerabilidad de país. Con esa certeza pedimos al gobierno y a los partidos políticos no utilizar la emergencia y las necesidades de la gente en la contienda electoral, ya habrá tiempo para campañas políticas.

Ahora es tiempo para que todos los sectores sociales unamos fuerzas. Llamamos a las comunidades a ponernos en estado de solidaridad y organización colectiva para prevenir mayores desastres y atender a los afectados, a las municipalidades a activar los Comité de emergencia municipal, a las iglesias y empresas, poner a disposición sus recursos para atender las necesidades de las comunidades.  Ahora es tiempo para salvar vidas.