Martes, 31 Agosto 2021

Los sicarios de la ley y el caso Guapinol

En la antigua Roma, sicario significa “hombre-daga”, ya que la “sica” era una daga pequeña y fácil de esconder para apuñalar a los enemigos políticos.

En Honduras, además de los sicarios tradicionales, también existen otros sicarios que utilizan la ley como una daga para herir la libertad de quienes el sistema considera sus enemigos.

Jueces como Lisseth Rosario Vallecillo Banegas del Juzgado de Letras con Competencia Territorial Nacional en Materia Penal y los miembros del Tribunal de Sentencia de Trujillo, y de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia, son un ejemplo claro de este tipo de sicariato.

Disfrazando sus decisiones de una supuesta legalidad, se comportan respetuosos de los derechos y garantías de los corruptos, narcotraficantes, golpistas y violadores de derechos humanos, pero inflexibles e implacables contra las personas que solo defienden la vida a través de los ríos.

Así, el Ministerio Público y el Poder Judicial ordenan extender la prisión preventiva a los defensores de los ríos San Pedro y Guapinol, a pesar de que el Grupo de Trabajo de las Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas dictaminó que dicha privación de libertad es arbitraria.

Como lo hemos visto, este órgano internacional le recomendó infructuosamente al Estado poner a los 8 defensores de Guapinol inmediatamente en libertad y concederles el derecho efectivo a obtener una indemnización y reparación, así como investigar a las personas funcionarias responsables de tal arbitrariedad.

Por ello y parafraseando a la periodista chilena Alejandra Mathus, podemos decir que en la historia de Honduras jamás ha existido un Poder Judicial independiente que actúe como tal, sino un servicio judicial que es de “calidad” si se tiene el suficiente dinero para pagarlo o los contactos adecuados para obtenerlo.

Pero quienes no pueden y se oponen al poder, corren el riesgo de ser víctimas del “sicariato judicial” en donde los jueces y juezas parcializados y dependientes se han convertido en verdaderos sicarios de la ley.