Jueves, 02 julio 2020    

Los verdaderos criminales


A cuatro meses de la crisis sanitaria, la epidemia ha dejado huellas imborrables por la despedida de gente querida, en el sistema inmunológico por los encierros, en la multiplicación de los infectados, en el agotamiento y muerte de personal sanitario y en millones de personas que diariamente se enfrentan al dilema de morir de coronavirus o morir de hambre.

En las primeras semanas de confinamiento diversas voces aconsejaban la necesidad de organizar la entrega de víveres a las familias más empobrecidas y advertían que de no hacerlo en un mes el hambre provocaría saqueos en supermercados y vendría el caos total. Han pasado cuatro meses y eso no ha pasado, no porque el gobierno haya respondido, sino por esa vena criminal de nuestras elites políticas y económicas no está en la ciudadanía.

Como lo más ruin de la criminalidad, la élite política aprovechó el Estado de emergencia y aprobaron decretos presidenciales que se convirtieron en miles de millones de Dólares para emergencia y como en la magia de “Alicia en el país de las maravillas” el dinero se ha esfumado de las cuentas del Estado y sin empacho alguno afirman que el Estado está en bancarrota.

Cuando los expertos médicos advertían que en los primeros días de junio nos acercábamos a la parte más peligrosa de la pandemia, salieron con la “Apertura Inteligente” con el único propósito de sacar de los bolsillos el Décimo cuarto salario y una vez logrado el propósito la elite política como empresarial se hacen los de peso con los muertos y el sufrimiento de la gente.

La decencia de la gente y la criminalidad de las elites nos recuerdan la crisis de 2017 cuando la gente salió masivamente a reclamar el respeto a la voluntad popular expresada en el voto. En esa ocasión, apenas iban 8 días de la crisis y aparecieron los saqueos a los supermercados y otras tiendan. Curiosamente la mayoría de esas grandes tiendas eran propiedad de uno de los dueños del partido en el poder y uno de los hombres más ricos de Honduras.

Hoy, cuando se suman cuatro meses de pandemia, de encierros, enfermedades y hambre no hay ningún supermercado o tienda saqueada, lo que demuestra la decencia de la gente y que los saqueos de la crisis electoral fueron falsos positivos de las élites criminal conductora del Estado. La gente más empobrecida, en la crisis de 2017 como en la crisis actual prefiere irse en caravanas del país antes de organizarse para saquear supermercados o irse en turba en contra de sus verdugos.

La bondad de nuestra gente y la criminalidad de nuestras elites son dos caras de la sociedad hondureña, ojalá llegue el día que en vez de salir en caravanas del país salgan en caravanas contra quienes les han robado y se han enriquecido con sus bienes y el sudor de su trabajo. Las crisis siempre son oportunidades.

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