En la actualidad la vida se ha reducido al confinamiento en vínculo directo con los núcleos familiares, y a la conexión virtual como la única comunicación con el mundo exterior. Es así que las plataformas virtuales y las redes sociales, llámense Facebook, WhatsApp, Zoom, Jitsi Meet, Instagram, YouTube, entre otras, han cobrado relevancia hasta el punto que podemos decir, “primero publico y luego existo”. En otras palabras, solo quien está en comunicación y escribe en dichas redes adquiere existencia en el espacio virtual.

Para quienes tienen acceso al internet y las posibilidades económicas de sostenerlo, el hashtag #QuédateEnCasa ha posibilitado compartir la cotidianidad con las familias en la distancia, incluso para las familias transnacionales a causa de la migración; también tener una herramienta de trabajo, y estudio, e incluso compartir e intercambiar al estilo cafetería virtual. Por otro lado, no hay que obviar que también ha distanciado familias y en otros casos, ha potenciado la violencia doméstica, sexual e intrafamiliar.

Situación de exclusión en el uso de las redes virtuales 

Honduras es un país de más de 9 millones de habitantes, de los cuales el 51% son mujeres. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2018 reflejó que el 16.6% de la población contaba con acceso a internet en casa, y según la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Honduras CONATEL, el 26% está suscrita al internet de banda ancha a través de conexiones de internet móvil. Esta situación complica el acceso a la educación y trabajo vía conectividad virtual en tiempos de confinamiento por el COVID-19, excluyendo a más del 57% de la población.

Dicha realidad hondureña está conectada regionalmente, pues en 2018 “únicamente un 52,2% de los hogares de América Latina y el Caribe tenían acceso a Internet y un 44,7% disponían de un computador” según Rosa Cañete, economista especializada en desigualdad, basada en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL.

El campo virtual como incidencia ciudadana y posicionamiento feminista

Pero, por otro lado, las plataformas virtuales, al ser el espacio público disponible y permitido, han sido el escenario de la libertad de expresión, el muro canalizador de la indignación ciudadana sobre el manejo de la cosa pública en el marco de la crisis y el espacio de vigilancia social a los gobiernos ante los actos de corrupción denunciados por la ciudadanía y medios de comunicación alternativos. Esta presión ha sido necesaria para que se haya destituido al titular de la Comisión Permanente de Contingencias COPECO. En fin, las redes sociales han sido un campo social virtual que en las últimas semanas ha dinamizado la vida privada y pública. 

A pesar de las múltiples limitaciones, las mujeres y organizaciones feministas han hecho del espacio virtual un campo de acción y nuevo discurso, posicionando sus miradas y análisis sobre el COVID-19, rompiendo con la generalidad y visibilizando el impacto diferenciado de la crisis en las mujeres y comunidades. Pues “sin escuelas, las madres podrán seguir trabajando desde sus hogares, pero muchas también se convertirán en maestras y cuidadoras de sus hijas e hijos, lo que traerá consecuencias también para aquellas que tenían un empleo en estas funciones” señala ONU-Mujeres en su declaración del 20 de marzo del 2020.

Intercambio de sentires y pensares feministas

A la luz de las velas y de la luna nueva, integrantes de la Red de Mujeres Jóvenes Feministas participaron en un encuentro virtual que contó con la conexión de 23 mujeres de Guatemala y Honduras, con el objetivo de compartir las energías positivas ante las preocupaciones personales y colectivas que saltaban a los pocos días del confinamiento en Centroamérica.

Cortesía Mercy Ayala

Las mujeres jóvenes atendieron a la invitación titulada “Llamado a las brujas del nuevo tiempo”. A continuación, se rescata un breve fragmento:

Estos días vemos como la muerte inunda y el dolor crece, nos duele el corazón al ver como nuestra realidad se desmorona de a poco, nos duelen las muertes por centenares y nos duele la certeza de saber que esto apenas comienza….
Es el duelo de la Tierra. Y nuestra tarea es acompañarlo.
Soltamos el miedo, soltamos la duda, soltamos el consumismo…
La Luna Menguante es la antigua abuela, la anciana, la terminación de ciclos y la honra de la oscuridad. Es el laberinto de la experiencia, la sabiduría, las transformaciones y el renacimiento. No es casualidad que en este tiempo de coronavirus los más vulnerables sean los abuelos y las abuelas. Es a ese llamado al que atenderemos, al llamado de la abuela interior que hay que cuidar y al llamado de nuestras ancestras que desde sus lugares nos acompañan y nos reúnen para tejer el amor y el encanto que nos guiará en este nuevo camino.

Rina Rosa, impulsora de la Red de Mujeres Jóvenes, indica que es la cuarta edición del Encuentro de luna nueva, y recuerda que los anteriores se realizaron presencialmente en San Pedro Sula. Sin embargo, en este contexto se ha hecho uso de la plataforma Zoom, pues es importante “encontrarnos, saber que no estamos solas y que hay compañeras que desde lejos nos acompañamos en un espacio para gestionar las emociones que nos trae la crisis; reconocerlas, hablarlas, compartirlas nos ayuda a sobrellevar estos días. Darle espacio al duelo colectivo y a la necesidad de construir nuevos caminos”, asegura Rosa.

El encuentro constituyó un esfuerzo de cultivar la “valentía de atrevernos a saltar hacia el otro lado del dolor y la muerte, y abrazar la vida y el deseo”, como el tiempo de prepararse ante la adversidad y fortalecimiento del cuerpo, espíritu y corazón, “pues lo que se viene no será fácil”. Sin embargo, es tiempo de siembra colectiva y en unidad ser “capaces de crear algo nuevo, de vivir de otras maneras”, señala la invitación del encuentro.

Divulgación de estrategias comunitarias con perspectivas feministas

Luchemos es una organización política feminista que ha compartido en las redes sociales diversas estrategias comunitarias para enfrentar la cotidianidad en el marco de la crisis sanitaria, siendo la solidaridad comunitaria esencial ante la adversidad, pues los problemas históricos de pobreza, corrupción y exclusión se profundizan en tiempos de crisis y coronavirus. A criterio de Diana Sabillón, coordinadora de Luchemos “el gobierno ha demostrado su incapacidad de atender una crisis de esta magnitud, así como su desinterés en priorizar la vida por sobre los intereses económicos de las élites”.

Sabillón rescata que la extensión de los lazos de solidaridad y organización comunitaria son elementos claves en la carrera de ayudar a salvar vidas. A continuación, se destacan algunas estrategias, las cuales puede encontrar y ampliar en:

Cortesía de Luchemos
  1. Cuidados distribuidos equitativamente: en la casa, en el barrio con las personas vulnerables.
  2. Consumo de alimentos racionado: en la casa y en las compras.
  3. Abastecimiento organizado en el barrio, mercados locales, intercambios o trueques con las familias vecinas.
  4. La salud emocional y mental, también es clave. Dedica al menos, 2 horas del día, por la mañana o por la noche a actividades no relacionadas con redes sociales o medios tradicionales que den cobertura a noticias sobre la situación actual. Puede ser actividad física, vídeos artístico culturales, y juegos colectivos.
  5. Canales de comunicación (grupo de WhatsApp, llamadas colectivas o webinars) entre integrantes de la comunidad para compartir las propuestas de organización comunitaria. Es fundamental para posibilitar la solidaridad y las redes de apoyo mutuo.
  6. Acompaña y denuncia la violencia: Si conoces de alguna mujer padeciendo violencia, lo ideal es que le hagamos llamadas telefónicas o mensajes constantes para que sienta que está acompañada y de ser posible, definan en conjunto un código de alerta. También se le puede recomendar el uso de claves de seguridad en su celular. y redes sociales.

Las estrategias comunitarias y la práctica de solidaridad contribuyen a que podamos vivir dignamente y en colectividad, replanteando nuestro consumo y formas de vida. Asimismo, Sabillón concluye que “esta visión también demuestra que otras formas de organizar la vida fuera del capitalismo son viables y necesarias”.

Debates virtuales desde el pensamiento, sentimiento y cuerpo de las mujeres

El contexto del Covid-19no ha logrado paralizara la juventud, especialmente a las mujeres, pues su creatividad y espontaneidad siguen presentes en tiempos de virus. Sin duda, las mujeres no se quedan quietas, calladas y encerradas, sin romper las puertas o muros a través del uso extraordinario y oportuno de las redes sociales. Para muestra un botón, la Colectiva de Historiadoras Feministas ha sido una de las pioneras en generar espacios de debate virtual desde el pensamiento, sentimiento y cuerpo de las mujeres en tiempos de virus e incertidumbre. Al consultarle a Brenda Miralda, una de las integrantes de la Colectiva, ella comparte que se han constituido como “un espacio para reencontrarse, escucharse, reinventarse juntas, compartir pensamientos y posicionamientos desde una mirada feminista”.

El Facebook Live se ha convertido en la herramienta de debate y análisis feminista en contextos de crisis. En el caso de las jóvenes historiadoras feministas, la idea surgió producto de la reflexión colectiva, luego que sus trabajos de investigación tuvieran una pausa a consecuencia de la crisis sanitaria. En tanto, los debates virtuales no son nuevos y el contexto ha permitido potenciarlos. Miralda recuerda que “años atrás hicimos diferentes foros, aunque no tan seguido como los estamos haciendo en este contexto, la diferencia es que ahora son por Facebook Live y lo que nos motivó fue la ausencia de reflexión y visibilización de la realidad que les ha tocado vivir a las mujeres”.

Cortesía de Colectiva de Historiadoras Feministas.

El mes de abril estuvo cargado de pensamiento feminista en las redes sociales. A continuación, se destaca la temática de los encuentros virtuales organizados por la Colectiva, los cuales se pueden ver y escuchar en https://www.facebook.com/ColectivaHistoriadorasFem/

1) “Coronavirus: una perspectiva feminista”, con la mirada y pensamiento feminista de Mirta Kennedy. 

2) “Las epidemias, una aproximación histórica”, con la ponencia de la historiadora hondureña, Yesenia Martínez, quien regaló una perspectiva histórica de las epidemias en Honduras, el papel de las instituciones públicas y los mecanismos para gestionar la crisis. 

3) “La crisis de los cuidados: Una lectura feminista desde el trabajo doméstico”. Este reencuentro conectó a El Salvador y Honduras, mediante el compartir de Aída Rosales, Sara Tomé, y Eda Luna, quienes conversaron sobre la crisis de los cuidados, haciendo una lectura feminista desde el trabajo doméstico ante la avanzada capitalista en tiempos de COVID-19. 

4) “El impacto de las políticas migratorias en la vida de las mujeres hondureñas en tiempos de COVID-19.  Espacio virtual fue facilitado por Lilian Girón, Senia Suazo y Aixa Cardona. 

5) “Voces que rompen paredes y fronteras: poesía en cuarentena”, que contó con el compartir artístico de Melissa Cardoza, Carolina Torres, Linda DelCid, Anarella Vélez, Lara Bohórquez, Iris Mencía, Angélica Paz, Silvia Ethel Matus, Divina Alvarenga, Eleonora Castillo y Laura Yanes.

6) “Cuerpo florecido. Bordar miedos y tejer vida en tiempos de Covid-19”, en el que la escritora e historiadora hondureña, Chefy Q. Dobinger-Alvarez conversó sobre algunas reflexiones tejidas en tiempos de COVID-19.

La respuesta de las personas usuarias en Facebook ha sido positiva. Tanto que hasta les ha sorprendido el nivel de audiencia al momento de los debates y, por ende, el crecimiento de la página que ya supera los 1,200 seguidores. Este compartir virtual refleja el interés de las mujeres por analizar y debatir sobre temas esenciales. Además de ser una oportunidad fabulosa de conectar diversos pensamientos e ideas a nivel del mundo con esta herramienta tecnológica.

La Colectiva de Historiadoras Feministas, creada por jóvenes estudiantes hace cuatro años, surge ante la necesidad de un espacio para compartir saberes, aprendizajes y conocimientos sobre investigación con enfoque de género dentro de la carrera de Historia en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Con una sonrisa, Miralda, comparte que “no nos queríamos quedar con el mensaje de la academia blanca, occidental y colonial, sino transgredir, buscar otros espacios que nos brindaran conocimientos y saberes”.

Las jóvenes historiadoras destacan la acción organizada como herramienta fundamental “para hacerle frente a los problemas de la vida cotidiana, que son el resultado de un modo de dominación capitalista basado en el despojo”. Es así que las jóvenes que integran la Colectiva tienen muy claro que la academia debe ser un espacio de liberación y servicio a la sociedad. “Hasta cierto punto hemos generado eco dentro de los espacios académicos, porque somos mujeres jóvenes y feministas, además que haya integrantes de la comunidad LGTBI, pero sobre todo somos militantes de los movimientos sociales”, asegura Brenda.

¿Qué ha significado la Colectiva de Historiadoras Feministas en una sociedad como la hondureña? Miralda no duda en compartir: “Ha sido interesante el proceso, nosotras tenemos diferentes espacios de incidencia política, uno es la academia machista, colonial, patriarcal, y otro es el espacio del movimiento social y popular, son dos espacios que contrastan hasta cierto punto, tratamos de utilizar la academia para buscar herramientas para la transformación social y sobre todo para el movimiento feminista”.

En definitiva, las redes sociales y plataformas virtuales han posibilitado el encuentro, el compartir y la reflexión colectiva como mujeres, posicionando miradas, saberes y apuestas políticas desde lo local, nacional e internacional. Tejiendo sueños, alegrías y esperanzas desde la solidaridad y sororidad.


Autoras: Mercy Ayala y Dunia Pérez