Viernes, 23 abril 2021

No solo es la dictadura, también es el patriarcado

Recientemente, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras compartió dos datos que evidencian que el país se ha convertido en una gigantesca trampa para la vida e integridad de las mujeres y las niñas.

En primer lugar, que el Sistema de Emergencias Nacional 911, reportó, solo en el año 2020, 85 mil denuncias por violencia contra las mujeres y violencia intrafamiliar. Por tanto, la casa, el espacio privado, representa un riesgo para ellas.

En segundo lugar, que solo en lo que va del año 2021, es decir, en menos de 4 meses, alrededor de 70 mujeres han sido asesinadas. En consecuencia, el espacio público también representa un grave peligro para ellas.

Estos datos confirman que el 37% de estas muertes violentas se registran en el hogar y el 46% ocurre en la vía pública. En otras palabras, las mujeres y las niñas no están seguras ni en la casa ni en la calle.

Si a ello se le añade el hecho que el 95% de estos crímenes quedan en la impunidad, no cabe duda que Honduras también se ha convertido en una gigantesca tumba sellada de impunidad.

Cuánta razón llevan las palabras de Berta Cáceres en el sentido que es necesario enfrentar a la dictadura en sus diferentes formas de dominación, ya que “no solo es el capitalismo depredador, no solo el racismo que también se ha fortalecido en esta dictadura, sino también el patriarcado”.