Periodismo libre y violencia basada en género

Luis Almendares es el más reciente nombre que se escribe en la siniestra lista de personas periodistas y comunicadoras sociales asesinadas en Honduras, la cual alcanza la macabra cifra de 85, de acuerdo con el Comité para la Libre Expresión (C-Libre). Según el CONADEH, la impunidad en estos crímenes supera el 91%.

Estos datos colocan a Honduras en el puesto 148 de 180 países en la clasificación mundial de libertad de prensa 2020 de Reporteros sin Fronteras, debido a las agresiones, amenazas de muerte, asesinatos y procesos judiciales abusivos contra quienes ejercen la comunicación social.

Pero además de estas violencias, no podemos ignorar que las mujeres periodistas y comunicadoras sociales también sufren otro tipo de violencia basada en género que, por un lado, se traduce en formas específicas de violencia hacia ellas, y, por el otro, la violencia en general tiene impactos diferenciados en sus vidas y las de sus familiares.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los actos más comunes de violencia basada en género incluyen maltrato verbal y psicológico, explotación económica y violencia física y sexual, que puede incluir desde comentarios o gestos no deseados, bromas y contacto físico breve, hasta agresión sexual.

Los responsables de estas formas de violencia son hombres que no pertenecen al lugar de trabajo como sus propias fuentes, políticos, lectores u oyentes, pero también compañeros o superiores, lo cual configura una situación particularmente grave en el ámbito profesional y laboral de las mujeres periodistas y comunicadoras.

Por ello, es necesario visibilizar esta situación y garantizar que se integre la perspectiva de género en todos los espacios posibles, pues solamente sin violencia de género es posible hablar de un periodismo libre e independiente.