Jueves, 13 febrero 2020    

Por una necesaria Alianza política y social

Las elecciones, no obstante ser expresión esencial de democracia, han sido utilizadas en nuestra Honduras, al menos en la última década, para legitimar y perpetuar el proyecto continuista de la mafia más contraria a la democracia liderada por JOH. Así ha quedado patente en los tres últimos procesos electorales. Los mafiosos harto conocidos han jugado con la voluntad popular a través de una reelección inconstitucional, financiando campañas con dinero producto de saqueos de instituciones públicas y el narcotráfico, utilizando instituciones del Estado para comprar votos y conciencias, manipulando el censo electoral, las actas en las mesas electorales, y en última instancia el sistema electrónico para colocar como ganador al candidato que perdió las elecciones en 2017.

En este contexto es difícil hablar de democracia a través de estas elecciones, así como están montadas. Es muy positiva la decisión de diversos sectores de seguir empujando porque se revierta este proceso de diez años de descalabro electoral. Es encomiable la fe de mucha gente en poner toda la carne en el asador electoral, cuando el actual proceso sigue siendo conducido por las mismas mafias expertas en jugar con la voluntad mayoritaria del pueblo.

En este momento, las estructuras ilegales y criminales siguen intactas, y quienes las conducen están felices de la algarabía de muchos movimientos por organizar sus campañas para alcaldes, diputaciones, e incluso la presidencia de la República.

En este contexto, las fuerzas políticas y sociales del país están llamadas a avanzar hacia la construcción de una verdadera estrategia electoral que inevitablemente debe ir acompañada de la movilización ciudadana en las calles. En esta alianza han de estar incluidos todos los sectores y organizaciones sociales y políticas del país sin distinción de colores políticos, ideologías o creencias religiosas. El único requisito para formar parte de ella ha de ser la lucha por la salida del poder de JOH. Campañas sí, pero con la gente también en las calles exigiendo la salida y el juicio inmediato de JOH y sus secuaces.

Las elecciones son muy importantes. Más válidas serán si el proselitismo lo vinculamos esencialmente con la movilización por la salida YA de la estructura dictatorial. Las dos dinámicas han de estar en plena sintonía. Las dos se necesitan mutuamente. Ninguna puede alcanzar sus objetivos sin la otra. No son contradictorias. Son plenamente complementarias. En las dos caben los apasionados por las campañas políticas y los no apasionados, siempre que se respetan y se fortalezcan mutuamente en una única movilización en contra de la dictadura.

Ir a un proceso electoral cada quien por su lado y ondeando por separado sus propias banderas, es la mejor garantía para la permanencia y continuidad del régimen, y contribuirá a la degradación casi absoluta del país. Estamos a tiempo, no se debe dar lugar a descalificaciones. Proselitistas y no proselitistas se necesitan desde una única alianza política y social necesaria para revertir el actual proceso dictatorial y el actual amañado proceso electoral.

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