Miércoles, 28 octubre 2020 |
Sobre huellasQuien visita una comunidad o zona del occidente del país, se goza con los pinares o el liquidámbar, y el café, en un paisaje que contrasta con los rostros deprimentes y cuerpos harapientos de la población lenca campesina de estas serranías de los macizos montañosos de Puca o Palaca y Celaque. En todos los tiempos es la misma huella de desigualdad, discriminación y racismo. Es una población que carga con las cruces de un sistema organizado para producir miseria y violencia. Sin embargo, esas comunidades no parecen estar abandonadas. Además de la huella de hambre y miseria, existen huellas de la presencia, a veces masiva, de diversos organismos estatales y no gubernamentales. Las huellas están claras: grandes rótulos –visibilidad, se dice en el lenguaje de la cooperación—que advierten que esa población lenca es frecuentemente visitada por el Fhis, ministerio del interior, ministerio de educación, ministerio de la presidencia, ministerio de inclusión social, ministerio de obras públicas, ministerio de salud, y muchos etcéteras de ministerios estatales. Y nunca pueden faltar los rótulos de las campañas políticas. A los etcéteras estatales se unen muchos otros rótulos, como los de la cooperación española, la Unión Europea, PNUD, USAID, y muchos otros más pequeños pero que representan la huella de la presencia de la cooperación internacional masiva en estas comunidades empobrecidas y maltrechas. La huella es la misma, sea que uno vaya una vez y regrese cuatro, ocho o doce años después. La misma gente, con su huella de abandono y angustia. Algunas veces se ven mejoras, quizás letrinas, cada una repleta de rótulos que visibilizan a cerca de diez organismos de cooperación. Los sueldos o salarios, los mismos de hace diez o cuatro años atrás, y el queso cuesta el doble de hace cuatro años. La misma gente con la vestimenta más deteriorada, y muchos varones con las mismas huellas de usar el poquito pisto que ganan para embolarse. La misma gente, pero con las comunidades repletas de la huella del paso de la cooperación. La misma gente, que vio pasar consultores y empleados públicos que, en nombre de esa misma gente, ganó muchos miles de dólares o Euros. ¿Quiere Usted saber la señal si ya va a llegar a una comunidad?: el tiradero de bolsitas de nachos, quesito, rodajitas de maíz, tortrix y muchas otras variedades de churritos que están tiradas en los caminos y veredas. Esos churritos representan la colecta diaria, el cobro de impuesto imperial, que van haciendo las truchas y pulperías, colecta que al final va hacia una única cuenta bancaria, dejando en estas zonas un viacrucis de hambre, tristeza y el tiradero de bolsitas de churros como implacable huella de la oligarquía, la misma que tiene una altísima cuota de responsabilidad en los destrozos en los que ha quedado nuestro país.
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