Solidaridad con el pueblo boliviano
Queridos y valientes cristianos, religiosos, laicos y obispos de Bolivia: Los acontecimientos de reacción del pueblo de Bella Vista del Iténez en las últimas semanas frente a la actividad desenfrenada del narcotráfico nos llenan de motivación y esperanza de vida con respeto y dignidad en nuestro continente. Las amenazas de muerte representan el poder de los débiles frente a la transgresión que se cometen para beneficiarse económicamente con actividades ilícitas, ilegales e inmorales.
La colocación de un avión en la Plaza Central recuerda la figura de Jesucristo cuando expulsó a los vendedores que ocupaban el lugar sagrado para explotar al pueblo. Los cristianos de Bella Vista dan prueba de su fidelidad al Evangelio, ante aquellos que exploran el lugar sagrado de la vida y la dignidad del pueblo boliviano.
Inescrupulosos y criminales no sólo son los barones del narcotráfico y la producción de drogas en Bolivia. También son cómplices de la infame explotación los recepcionistas, traficantes y consumidores en Brasil, Paraguay y en todo el mundo. La iniciativa del pueblo de Bella Vista es también un grito de la comunidad internacional contra un sistema que está robando la vida de niños y jóvenes.
Como expresó el Presidente de la Red Eclesial Panamazónica-Bolivia, Mons. Eugenio Coter, “esta denuncia es de un pueblo, de una comunidad entera”. Es la comunidad mundial la que exige una actitud severa de las autoridades para combatir esta actividad ilegal.
La Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de las Congregaciones de San José de América Latina y el Caribe y el Equipo de Red de la Familia de San José de América Latina y el Caribe y la ONG ISJ ONU expresan su solidaridad con los religiosos, laicos, obispos y todos los cristianos por su valiente actitud de denuncia a la actividad ilícita del narcotráfico.
Al mismo tiempo, exigen que las autoridades locales y nacionales de Bolivia adopten medidas urgentes para contener esta actividad que tiene desaprobación internacional y representa un descrédito internacional para las autoridades bolivianas. También requieren protección con organizaciones de seguridad nacional para la comunidad y para las personas amenazadas de muerte. La comunidad internacional acompañará de cerca la falta de actitud de las autoridades bolivianas.
Que el espíritu del Resucitado mantenga viva la llama de la esperanza en un mundo de equidad, desarrollo sostenible, justicia, solidaridad y paz. Que el pueblo de Bella Vista tenga a su lado la fuerza divina para afrontar la irresponsabilidad y la inmoralidad de aquellos que, con la muerte, defienden la vida y la dignidad del pueblo boliviano.
30 de junio de 2020