Gustavo Cardoza

La novena edición del sondeo de opinión también nos acerca a las percepciones de las mujeres consultadas. Los datos indican que un poco más de la mitad siente miedo cuando piensa en el futuro, y que casi el 90% opina que “hoy vivimos con más miedo que hace diez años”. No obstante, ellas continúan resistiendo a la corrupción y la violencia de muchos rostros, y aportando a la construcción de una cultura más humana y solidaria.

Una década de monitoreo de la opinión ciudadana

Los nueve sondeos que ha realizado el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús (ERIC-SJ), habitualmente al final o al inicio de cada año, han tenido una muestra de más 1,500 encuestas válidas, representativa de la población mayor de 18 años. El sondeo se aplicó en dieciséis de los dieciocho departamentos del país, con un error en la muestra de +/-2.5 por ciento y un 95 por ciento de confianza.

La novena edición de este sondeo, presentada el 2 de abril de 2019, nos permite construir un marco de lectura para entender las opiniones y percepciones que la población hondureña tiene de su realidad, en este caso las mujeres que fueron consultadas.

Perfil de las mujeres

La distribución por edades se caracteriza de la siguiente forma: las mujeres jóvenes, que van de los 18 a los 34 años, representan el 48.7 por ciento; las adultas, que oscilan entre los 35 y 44 años, constituyen el 17.2 por ciento; y las mujeres mayores, de 45 años en adelante, representan el 34.1 por ciento.

En relación con los grados de escolaridad, los resultados indican que las mujeres con primaria completa e incompleta representan el 49.5 por ciento; les siguen las mujeres con secundaria completa e incompleta, con 33.2 por ciento; y las que cuentan con educación superior universitaria, completa e incompleta, constituyen apenas el 13.3 por ciento de la muestra.

En cuanto a la identificación religiosa, las mujeres son más “religiosas” que los hombres. De estas, 42.3 por ciento son católicas y 42.4 por ciento evangélicas. En cambio los hombres son menos “religiosos”, por lo menos en 11 puntos porcentuales respecto de las mujeres.

En cuanto al interés en los asuntos políticos, el 76.2 por ciento afirmó que les interesan “nada o muy poco”. Más del 50 por ciento dijo no tener preferencia por ningún partido político y, en general, manifiestan indiferencia ante los partidos políticos.

Confianza y desconfianza

Según los resultados de este sondeo, las instituciones de las que más desconfían las mujeres hondureñas son: el Congreso Nacional (85.2%), el gobierno central (81.7%) y la Corte Suprema de Justicia (81%).

En el extremo opuesto, en las que más depositan su confianza son: las iglesias evangélicas (51.9%) y la Iglesia católica (48.3%). En conclusión, las hondureñas no confían en ninguno de los poderes del Estado, pero sí confían en instituciones religiosas, a las que consideran cercanas a su espiritualidad.

Rostros y voces en las caravanas migratorias

Desde octubre de 2018[1], hemos sido impactados por imágenes que muestran a miles de hombres, mujeres, niños y niñas que se reúnen y organizan para emigrar colectivamente al extranjero. En este éxodo, las mujeres tienen rostros y voces propias, y aparecen con mayor intensidad en los medios de comunicación, con su palabra y su testimonio de vida.

Esos rostros llenos de dudas, miedo y tristeza llevan también el sueño y la esperanza de encontrar fuera de Honduras un futuro mejor. Al ser consultadas sobre el miedo que se percibe en la cotidianidad de nuestro país, el 89.6 por ciento respondió que “hoy vivimos con más miedo que hace diez años”.

Otro dato relevante es que 51.2 por ciento de las mujeres reconoce que sienten miedo cuando piensan en el futuro, mientras que el 45.1 manifestó tener esperanza al pensar en su futuro.

El pesimismo es patente cuando en este nuevo periodo de crisis conocemos testimonios desgarradores[2] en los que la gente se queja por no poder pagar la factura de la energía eléctrica; cuando sus hijos no son atendidos en los hospitales y faltan medicamentos; cuando han tenido que cerrar sus pequeños negocios por no poder pagar la extorsión que les exigen los delincuentes, hasta llegar a la decisión extrema de irse del país, porque sus vidas corren peligro si se quedan aquí.

Una década de violencia institucionalizada

La inseguridad es otro de los principales problemas identificados por las mujeres, por los altos niveles de riesgo que enfrentan todos los días. Manifiestan que son víctimas —ellas o sus parientes—, de actos callejeros que van desde un “robo sin agresión” (45.3%); un “robo con agresión” (21.6%), hasta asesinatos que quedan impunes (17.8%). Por esa razón, el 78.6 por ciento de ellas también percibe que los homicidios aumentaron en el país en el último año.

Ya en 2015[3] en Guatemala y Honduras había expresiones de resistencia y rechazo de la población hacia las redes criminales y corruptas que se han extendido en la institucionalidad del Estado. En el caso hondureño, las “marchas de las antorchas” fueron una de las expresiones más evidentes del cansancio de la ciudadanía ante ese problema.

La corrupción, como factor que genera violencia desde la institucionalidad estatal, es una premisa que ha venido tomando fuerza en la opinión de la ciudadanía. Esto se refleja también en el 87.2 por ciento de mujeres que consideran que hoy los políticos son más corruptos que hace diez años.

¡Caminante no hay camino…!

El acceso de las mujeres a las redes sociales y al mundo multimedia constituye un factor de cambio cultural que debe interesarnos, entre otras cosas, para observar el crecimiento de los liderazgos femeninos que puede conducir a ampliar los mecanismos de una participación colectiva más incluyente.

El fenómeno migratorio forzado y las nuevas tecnologías forman parte de un abanico novedoso en la cultura cotidiana de Honduras, y de las mujeres en particular. Este hecho abre la posibilidad de avanzar en la construcción de una cultura más humana, fraterna y solidaria que, con el empoderamiento de las mujeres, ayude a construir nuevas historias colectivas liberadoras.

Desde hace varias décadas las mujeres han venido reconfigurando la sociedad hondureña, y hoy podrían seguir marcando el ritmo y el rumbo de una historia distinta, que dignifique a la nación y a las nuevas generaciones.


* Gustavo Cardoza: Comunicador e investigador de Radio Progreso y del ERIC-SJ. Miembro del equipo coordinador del Sondeo de Opinión Pública del ERIC-SJ. 

[1] Véase: https://www.laprensa.hn/honduras/1224514-410/caravana-alrededor-de-un-millar-de-hondure%C3%B1os-siguen-hacia-ee-uu

[2] Ver: https://www.telesurtv.net/news/caravana-migrantes-hondurenos-testimonios-20181016-0038.html, entre otros.

[3] https://www.elmundo.es/internacional/2015/06/12/5579e9bc22601de23d8b45bb.html