Jueves, 13 Agosto 2020 |
Todas las cosas tienen su tiempoSeguimos gobernados por la incertidumbre que se alimenta por la amenaza del Coronavirus y la criminalidad de quienes de conducen la pandemia. Es harto sabido que muere más gente por la improvisación y calamidad en los hospitales que por el propio virus. En estos cinco meses de confinamiento diversos sectores sociales han demandado que la emergencia sea conducida por expertos en salud y no activistas políticos, equipamiento del equipo y medicina a los hospitales y un sistema de veeduría independiente que asegure saber dónde está el dinero asignado a la emergencia. Han pasado cinco meses de emergencia y en vez de respuestas estamos ante el robo más grande de la historia. Es tiempo de reafirmar y priorizar las demandas sobre la emergencia, ya no podemos esperar nada de ellos y toda la responsabilidad quedó en la ciudadanía y de por medio está la urgencia de encontrar un equilibrio entre controlar la pandemia y atender la economía. Para que nos entendamos, no se trata responsabilizar a la ciudadanía y liberar al gobierno, se trata de salvar vidas, en ese sentido tenemos al menos tres tareas por donde canalizar las fuerzas y buscar caminos de salida. Primera tarea. Asumir colectivamente la tarea de cuidarnos. En este momento el único beneficiario del estado de emergencia es el gobierno, por eso no son las restricciones lo que nos ayudará a salvar vidas, debemos apostar por campañas educativas de cuidarnos en la casa, en el trabajo, en la calle; debemos exigir a las empresas cumplir todas las medidas de bioseguridad en los centros de trabajo y denunciar a quienes no las cumplan. Segunda tarea. Seguir la lucha frontal contra la corrupción y la impunidad. Esta lucha está conectada a la primera, y conecta a todos los sectores de la sociedad, la creatividad y simpatía de la campaña ¿Dónde está el dinero? es una gran oportunidad para combinar la lucha virtual con la acción de calle. Tercera tarea. Seguir presionando por la salida de JOH y su banda de la administración pública, ellos son una auténtica amenaza a nuestras vidas y al país. De ellos no podemos esperar más que mentiras, negligencia y corrupción vulgar y profesionalizada. Es un gran momento para convertir la diferencia en oportunidad para construir puentes hasta canalizar toda la indignación nacional en lucha organizada. En este caminar Berta Cáceres nos pellizca “Despertemos humanidad, ya no hay tiempo”.
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