Urgencia de una estrategia integral de seguridad

Miércoles, 23 de Marzo 2022

Urgencia de una estrategia integral de seguridad

A escasos dos meses de que doña Xiomara Castro asumiera la presidencia, el ambiente y clima de inseguridad y zozobra en sectores de la sociedad, es insostenible. Las extorsiones, amenazas, asesinato de taxistas y transportistas han alcanzado niveles de paralización de la vida urbana en varios de los centros urbanos de la costa norte hondureña. Son acciones lideradas por organizaciones pandilleras tradicionales, pero a las cuales se suman nuevas que se han desmembrado de las dos originales, o al menos eso dicen, que aumentan el ambiente de miedo e incertidumbre.

No se acaba de saber si el surgimiento de nuevas agrupaciones criminales para la extorsión es por conflictos internos, o si son conflictos y ambientes provocados por fuerzas poderosas del crimen organizado, interesadas en debilitar la propuesta del nuevo gobierno. Lo cierto es que si el gobierno no define lo más pronto posible una estrategia de seguridad que corte de tajo este ambiente pernicioso, la inseguridad se puede convertir en un factor altamente adverso para el gobierno. Cuando más largas se le dé, el problema se puede convertir en insostenible e irreversible.

Siempre hemos sido de la idea de que a la inseguridad se ha de responder con una atención esmerada al desempleo y a la educación. Sin embargo, una dosis de respuesta que una a la comunidad con respuestas disuasivas de la policía y otras respuestas institucionales del Estado, resultan muy necesarias para evitar que la inseguridad sea manejada y liderada por grupos interesados en desestabilizar políticamente al gobierno.

Es altamente sospechoso que tras la captura con propósitos de extradición de Juan Orlando Hernández, se haya acrecentado de manera alarmante la extorsión y el crimen, y que a los grupos pandilleros tradicionales se unan nombres nuevos con iguales rasgos de brutalidad y amenazas que los anteriores. ¿Qué se busca? La sospecha de que hayan sectores interesados en crear un clima de zozobra para alimentar malestares acumulados en contra del nuevo gobierno, no es algo que uno se saque de la manga de la camisa. Los sectores criminales están activos y el interés por reacomodar sus fuerzas para hacer sentir su poder destructor, resulta evidente.

Poner en marcha una estrategia integral que detenga estas maniobras desestabilizadoras, garantizando el respeto a los derechos humanos y en base a una alianza de la comunidad con los entes policiales e instituciones públicas, es una necesidad urgente para estos tiempos inciertos y de oportunidades.