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  Miércoles, 17 Noviembre 2021    

Las elecciones como acontecimiento histórico no mítico

Las elecciones no son un asunto mágico. Al contrario, es un acontecimiento histórico y político que recoge la inestabilidad y el deterioro de la política que nos ha corroído a lo largo de 40 años de elecciones en el marco de lo que solemos llamar democracia electoral representativa. Tan alta es la polarización en la que se celebrarán las elecciones, que se ha creado un ambiente que hace suponer que las mismas o acabarán con la amenaza comunista, o se desmontará la estructura criminal que lidera el cachurequismo. Son tan altos los ánimos y las expectativas que la contienda del 28 de noviembre ha pasado a una esfera mágica.

Las elecciones son sumamente importantes, pero hemos de empeñarnos en situarlas en su dimensión adecuada. Serán un parte aguas, de acuerdo, porque venimos de un largo período de precariedades y desgaste. Es un evento que puede ratificar la continuidad de los dinamismos de corrupción y violencia, o puede hacer ruptura e iniciar un difícil y lento proceso de transformaciones. En el caso de que el bloque que lideran los cachurecos pierda las elecciones, no significa que por arte de magia al día siguiente vendrán las transformaciones.

Eso no es así. Ni las elecciones son un evento mítico, como tampoco son míticos los candidatos o candidatas a cargos de elección popular. Son personas de carne y hueso, con sus virtudes pero también con sus defectos. Las transformaciones a las que todos aspiramos, hemos de situarlas en la dimensión de la institucionalidad damnificada y con una situación económica que tardará mucho tiempo en revertirse. Será un proceso lento, difícil y cargado de confrontaciones, porque la polarización nos conducirá con facilidad a que los cambios que se proponen sean boicoteados.

El deseo es que las elecciones sean un momento para un recambio. El país ya no soporta tanta desgracia y destrucción. Este deseo hemos de saberlo ubicar en las condiciones históricas desastrosas actuales. Pero los cambios serán posibles si todos los sectores asumimos la responsabilidad de empujar los procesos de acuerdo a nuestras capacidades. Una actitud así será un factor político para empujar transformaciones realistas en el corto y en el mediano plazo.

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