No es un secreto que el desastre principal del país es el régimen de Juan Orlando Hernández. Un régimen que se alimenta de las desgracias de la gente y que aprovechó cada crisis para poner toda la institucionalidad a su servicio. Hoy tenemos a todo el país damnificado. Estamos con el agua al cuello y con la esperanza en el corazón de que esa fuerza solidaria que brotó del pueblo en los peores momentos, será el motor que nos sacará de todos los lodos. Desde esa fuerza nos pronunciamos en este Trigésimo Quinto manifiesto público:
1.- No podemos llamar desastre natural a lo que es provocado por la mano de la corrupción. Al daño de los huracanes se suma el despojo con bala criminal, la maldad infinita de quienes han robado los fondos para infraestructura y atención a los damnificados. Frente a todo esto, brotó la acción solidaria del pueblo, evidenciando que “solo el pueblo salva al pueblo” y que solo desde esta lógica de poder horizontal, podremos convertir los destrozos del Covid, Eta e Iota en oportunidades para transformar el país.
2.- Expresamos nuestro repudio con la conformación del Consejo Consultivo para la reconstrucción, dado que su integración es inútil, porque no goza de autonomía y está condenada a quedarse en aduladores del régimen y valadores de la corrupción de Juan Orlando Hernández. Es urgente impulsar una propuesta de país con participación de todos los sectores sociales que rompa con la mezquindad de las elites y abra paso a la reconstrucción y construcción de Estado de derecho.
3.- Repudiamos el asesinato de José Rafael Flores Hernández, por parte de la policía municipal de San Pedro Sula, quien bajo la estricta responsabilidad de su alcalde Armando Calidonio, perpetró el desalojo de varios negocios de lavado de autos en Rio Blanco, un vil acto de desprecio a los empobrecidos, arrebatándoles el único medio de llevarle alimento a sus familias. En este crimen se dibuja el rostro criminal del alcalde y del régimen de Juan Orlando Hernández. Nuestra solidaridad con la familia, exigimos justicia para los criminales.
4.- La crisis de Coronavirus y los desastres de Eta e Iota han dejado evidenciado que empobrecimiento tiene rostro de mujer y nos convoca a todos los sectores a trabajar en la construcción de nuevos paradigmas sociales que rompan la lógica del poder vertical y abran paso a nuevas relaciones y nuevas formas de gestionar la vida. Como parte de esas nuevas formas de construir vida, hacemos memoria del Día internacional de la persona con discapacidad este 03 de diciembre, otra expresión de vida relegada y minimizada por un sistema que prioriza el capital por encima de la vida.
5.- Hacemos un llamado a la solidaridad con las familias damnificadas, quienes no solo necesitan víveres, medicinas y manos solidarias para limpiar sus casas, también necesitan determinación y acciones colectivas para barrer los lodos de la corrupción, que es lo que más les aplasta.
Honduras, diciembre de 2020