En medio de las hipócritas ceremonias con las que se inauguran el llamado “Mes de la Patria” continúa el ensañamiento de la narco dictadura contra el Pueblo hondureño y contra los luchadores y luchadoras sociales en especial, haciendo gala de su política de terrorismo de Estado y sicariato judicial para intentar callar las voces de los mejores hijos e hijas de Honduras y asegurarse la más repudiable impunidad. Pero con la misma dignidad de Morazán aquí estamos y alzamos la voz firme en este Vigésimo Quinto manifiesto público:

1.- Ha pasado un mes y medio del calvario del pueblo garífuna y cuando creíamos que las desapariciones eran asuntos de la historia, advertimos que un nuevo capítulo de desaparecidos se ven el horizonte. Respaldamos las acciones de la OFRANEH y del pueblo garífuna y condenamos la falta de investigación criminal con los cinco desaparecidos, y rechazamos el nombramiento del ex subdirector de Instituto Nacional Penitenciario Germán McNeil, como comisionado del Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura y Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (CONAPREV), por ser una persona comprometida en crímenes contra privados de libertad.

2.- Condenamos la decisión del Tribunal de Sentencia de la Corte Suprema de Justicia quien dictó tres años de prisión preventiva contra los jovenes Cesario Félix Padilla, Sergio Ulloa Rivera y Moisés Cáceres Velásquez, parece que en Honduras es un delito ser estudiante y defensor de la educación pública. Alertamos que igual suerte corren otros 13 estudiantes y trabajadores universitarios, así mismo condenamos la querella al periodista Milton Benítez y las acciones jurídicas contra quienes cuestionan la dictadura. Exigimos cese la represión judicial y la anulación de juicios y sentencias arbitrarias contra ellos.

3.- Advertimos que mientras se intensifican las maniobras jurídicas contra los luchadores de Guapinol, se suavizan las acciones contra los asesinos de Berta Cáceres y se abren avenidas para dejar en libertad a los políticos implicados en el Caso Pandora y la Caja chica de la primera dama, dejando en libertad a corruptos como Mario Rojas, Elvin Santos Lozano o Rosa Elena de Lobo, entre otros. Condenamos la justicia selectiva y reafirmamos la lucha contra el Código Penal por ser un instrumento de impunidad del actual régimen.

4.- Condenamos la militarización de la Comisión Interventora de INVEST-H, cuyo primer acto fue negar información sobre el manejo de los fondos y seguir gastando dinero viajando a Turquía a buscar entre la chatarra los otros cinco hospitales móviles. Demandamos la salida de los militares de funciones que corresponden a civiles, porque son expertos en robar y encubrir su criminalidad.

5.- Denunciamos el uso de la pandemia como excusa para atentar contra la clase trabajadora hondureña. Mientras las elites siguen multiplicando sus capitales en plena pandemia, los obreros de la salud están poniendo los muertos, los maestros no reciben sus salarios y las obreras de la maquila las echan por centenares. Exigimos junto a la clase trabajadora, el pago de sus salarios, el respeto a sus derechos y el equipamiento de bioseguridad para el personal sanitario.

6.- Denunciamos que el régimen pretende convertir el 15 de septiembre en un espectáculo virtual, mientras abundan los discursos patrioteros, suenan las bandas de guerra y se eleva el morbo con las jóvenes palillonas, se pisotea la soberanía con proyectos extractivos, metiendo a la cárcel a los defensores de los bienes naturales, se aniquila el futuro de los niños con el cierre del año escolar y la “promoción automática” y nuestros jóvenes huyen en caravanas como único camino para salvar la vida. Son tiempos de patria herida y por eso seguimos empeñados en recuperarla de los criminales que hoy la conducen.

7.- Con estos dolores de patria ausente, las organizaciones firmantes llamamos al Pueblo hondureño a salir el próximo 15 de septiembre a reconquistar las calles y plazas públicas en cada departamento del pais, según la programación, lugar y hora que las organizaciones su localidad decida a fin de recuperar nuestra dignidad como Pueblo y caminar hacia la construcción de la Patria Grande que Morazán soñó.

Honduras, septiembre de 2020