German Rosa (SJ)[1]
Hace 70 años, el movimiento social que significó la gran Huelga bananera obligó a los grupos obernantes a cambiar sus estrategias de control. Reemplazaron la dictadura abierta por la «democracia representativa», sustituyeron la intolerancia y la imposición brutal por una «conciliación nacional», pues, en primavera, los obreros exigieron justicia y un mejor porvenir.
Quienes no vivimos la experiencia de la Huelga de 1954, acontecimiento crucial en la historia de los movimientos sociales en Honduras, añoramos poder aproximarnos a la savia, los nutrientes, el agua y la luz de la mata del banano que alimentó la movilización social durante 69 días con tanta fortaleza para convertir este movimiento en un paradigma de la organización popular en nuestra querida Honduras. Paradójicamente, la savia del banano fue la medicina para despertar y provocar el estallido de la huelga de todo un pueblo que gritó: «¡Basta de abusos! ¡Basta de explotación! ¡Basta de miseria! ¡Basta de dolor!…».
Nos parece muy sugerente comenzar este sencillo análisis retomando un fragmento del poema titulado: «Huelga bananera», escrito por el poeta Nelson E. Merren (1931-2007):
Huelga bananera (fragmento)
En la costa norte, donde el sol quema,
y el banano verde se vuelve oro,
la huelga estalla como una llamarada,
y el pueblo unido grita su clamor.
¡Basta de abusos! ¡Basta de explotación!
¡Basta de miseria! ¡Basta de dolor!
Los trabajadores, con firme decisión,
exigen justicia y un mejor porvenir.
La Huelga bananera de 1954 marcó un punto de inflexión en la lucha por los derechos laborales y la ciudadanía en Honduras en la segunda mitad del siglo XX. Representó el despertar y empoderamiento de la clase trabajadora, y su conmemoración sigue siendo relevante al conectar la memoria histórica de ese acontecimiento con las luchas sociales y políticas actuales. Esta huelga simbolizó la resistencia del pueblo hondureño contra los intereses extranjeros que han dominado la nación, y es un recordatorio de la búsqueda de una ciudadanía más justa e independiente en Honduras.
La histórica Huelga bananera de 1954 inició en la Costa Norte; duró 69 días, desde el 30 de abril hasta el 9 de julio de ese año[1], y en ella participaron más de 30.000 trabajadores. La huelga se enmarcó en un contexto centroamericano de efervescencia, que inició con el derrocamiento del gobierno reformista de Jacobo Árbenz en Guatemala. Los huelguistas ganaron demandas importantes, como el derecho a la sindicalización, la aprobación del Código del Trabajo, la creación del Instituto Hondureño de Seguridad Social, mejoras en sus salarios y reducción de las horas de trabajo[2].
El protagonismo de los movimientos sociales ha sido fundamental en la historia de Honduras. Y dada la coyuntura actual, no podemos prescindir de su participación para construir la democracia en nuestro país. Un proceso político estancado y vulnerado desde hace décadas, como lo expresa el sociólogo Eugenio Sosa al analizar el contexto previo al golpe de Estado en 2009:
Después de treinta años de transición política –de 1980 a 2009–, el proceso de democratización se encontraba en crisis. El abstencionismo electoral había iniciado un crecimiento sistemático y la institucionalidad alcanzaba altos niveles de desconfianza ciudadana. Los viejos problemas estructurales como la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la exclusión no se habían enfrentado; y nuevos problemas estructurales emergían, como la corrupción, la impunidad y el crimen organizado[3].
Pero en este momento crucial de la historia de nuestro país, los movimientos sociales están invernando, en un estado de inmovilismo y adormecimiento. No obstante, Honduras está viviendo un proceso para recrear su democracia después del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, de la sucesión de gobiernos cuestionados por la consolidación de dicho golpe y la dictadura del expresidente Juan Orlando Hernández, reelegido ilegítimamente en contra de lo establecido en la Constitución de la República, con los agravantes de la corrupción, la impunidad y la constitución de un narco-Estado al servicio de las redes criminales.
Desde esta realidad, analizamos el acontecimiento histórico de la Huelga bananera de 1954. Nuestra reflexión se centrará en las concesiones y el enclave bananero que provocaron un descontento laboral generalizado, dadas las condiciones precarias de trabajadores y trabajadoras, que propiciaron su resistencia activa ante la flagrante violación de los derechos humanos, emergiendo así un liderazgo entre los mismos trabajadores, que demostraron su capacidad de organización para expresar las exigencias de respeto a su dignidad humana y las condiciones básicas para un trabajo digno.
Las exigencias fueron planteadas en 30 puntos, que sirvieron de base para las negociaciones con las compañías bananeras. Este movimiento tuvo resultados positivos y de gran trascendencia histórica, pues la Huelga de 1954 se ha convertido en paradigma de los movimientos laborales y sociales en el país. Hoy la recordamos no como un acontecimiento histórico del pasado, sino como una luz que ilumina nuestra realidad para hacer los cambios que urgen en el presente. Analicemos lo que propició la chispa para encender el fuego de la Huelga de 1954.
1. El símbolo del banano, el poder del gran capital
El banano ha sido el símbolo del monopolio que ha tenido el control de la Costa Norte hondureña. Los hechos históricos en las primeras ocho décadas del siglo XX no pueden dejar de relacionarse con las compañías norteamericanas que han poseído las mejores tierras del Valle del Aguán y del Valle de Sula. El escritor hondureño Enrique Flores Valeriano lo dice de esta manera:
… guerras intestinas, con su secuela de inestabilidad política, dolor, luto y lágrimas; caída de Gobiernos y arribo de otros, de acuerdo a su posición o relaciones con la United Fruit, Cuyamel o Standard Fruit Company; delimitación de fronteras con los países vecinos, resuelto siempre de conformidad a los intereses de dichas «Compañías», etc.; todo ello, sin lugar a dudas, por el enorme grado de dependencia de nuestro país respecto a los intereses económicos de los Estados Unidos[4].
No cabe duda de que la economía se basó durante la mayor parte del siglo pasado en el monocultivo del banano, evidenciando la hegemonía de las compañías bananeras en la Costa Norte y creando así la matriz concesionaria que se ha impuesto a lo largo de la historia en nuestro país. El historiador Marvin Barahona lo explicita de esta manera:
La historia comenzó cuando la Tela Railroad Company obtuvo extensas y provechosas concesiones de tierra, libre importación de instrumentos de trabajo y mercancías, uso irrestricto de los recursos naturales en 3 departamentos hondureños y otros beneficios que la estimularon a invertir y a quedarse por tiempo indefinido. Las primeras concesiones las recibió del presidente Manuel Bonilla; estas fueron ampliadas más tarde por los diversos regímenes que lo sucedieron, llegando a incluir beneficios tan diversos como la radiotelefonía, la fabricación de fibras vegetales, la importación de mano de obra extranjera (especialmente de negros caribeños), el uso de las aguas nacionales, y un monopolio comercial en sus plantaciones[5].
Es innegable que las concesiones bananeras tuvieron un papel fundamental en la configuración de las relaciones económicas nacionales e internacionales del país. Los autores Daniel Slutzky y Esther Alonso lo expresan de esta manera:
En efecto, históricamente las empresas bananeras han sido una de las protagonistas de mayor peso, sosteniendo gobiernos abiertamente dictatoriales –como en el período 1930-45–, o sobornando a autoridades nacionales y contribuyendo a la caída de gobiernos encabezados por militares nacionalistas, como se verificó en la historia reciente de Honduras[6].
Una de las consecuencias ha sido que la élite empresarial hondureña no ha demostrado la capacidad de liderar las grandes dinámicas del capital nacional y sus alianzas con el capital transnacional, sin caer en la trampa de la gran dependencia extranjera en términos de inversión y decisiones políticas.
De tal manera, que la influencia de los Estados Unidos definió nuestras relaciones económicas y comerciales, políticas y diplomáticas, en el contexto internacional de la Guerra Fría después de las dos guerras mundiales y durante el auge de los movimientos sociales en América Latina y el Caribe.
2. El descontento laboral desde los albores del siglo XX
El surgimiento del movimiento sindical hondureño data de principios del siglo XX. Los años más agitados en las relaciones de la United Fruit Company con sus obreros en Honduras fueron los de la década de 1920 y los primeros años de la década siguiente. Durante esos años, la empresa tuvo que enfrentar sucesivas huelgas organizadas por los primeros grupos laborales, obligados a declararse en huelga debido a la reducción de salarios, el desempleo y la pobreza masiva en las plantaciones bananeras tras la crisis económica mundial de 1929[7]. Estas luchas y experiencias organizativas del movimiento obrero precedieron a la huelga general de 1954, que fue una manifestación del creciente descontento social ante las condiciones laborales precarias y la falta de oportunidades laborales.
Sin embargo, no podemos obviar que los trabajadores también fueron víctimas de la dictadura del General Tiburcio Carías Andino, pues, durante el período que va de 1933 hasta 1948, la organización popular fue obstaculizada y hasta eliminada[8]. No obstante, esto no fue impedimento para que se gestara la histórica Huelga bananera en 1954.
3. ¿Cuáles fueron los factores que provocaron descontento entre los trabajadores bananeros?
Podemos destacar algunos hechos importantes que favorecieron la movilización social de la Huelga de 1954.
1°) Las condiciones laborales precarias; es decir, los salarios bajos de los obreros de las empresas bananeras, los cuales no satisfacían las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias. Las extenuantes jornadas de trabajo, sin pago de horas extras ni descansos adecuados; la falta de seguridad social y protección contra accidentes laborales; la discriminación racial en el acceso a puestos de trabajo y salarios, y el abuso por parte de capataces y supervisores de la United Fruit Company son algunas de estas condiciones desfavorables.
2°) Otro factor que activó la resistencia de los trabajadores fue la violación de los derechos humanos. Esta se define como la limitación de la libertad de expresión y reunión, la limitación de la organización y protesta social y la persecución de activistas y líderes sindicales. Además, hubo un ambiente de miedo y violencia para aquellos que intentaban desafiar el poder de la UFCO y del gobierno.
3°) En aquel contexto, el deterioro del nivel de vida también fue un factor generalizado. El aumento del costo de vida y la alta inflación habían afectado negativamente el poder adquisitivo de los trabajadores, junto con la escasez de alimentos y servicios básicos como vivienda, salud y educación, así como el empobrecimiento de las comunidades bananeras y el aumento de la desigualdad social. Es sencillo imaginar cómo se moviliza la población para lograr una vida digna con mejores condiciones socioeconómicas cuando se vive en esa realidad.
4. Movilización social y organización de la Huelga
Sin embargo, la movilización de los trabajadores y de los grupos organizados no sólo se logró por el contexto y las condiciones históricas que la posibilitaron, sino también por la conducción y el liderazgo del movimiento que se gestó en ese período. El grupo que lideró la movilización de la Huelga del 1 de mayo de 1954 pertenecía o había pertenecido al Partido Comunista. Así lo explica Marvin Barahona:
Los comunistas dirigieron el paro laboral desde las primeras semanas de mayo hasta los primeros días de junio, lo cual fue posible por la elección de una mayoría de sus miembros en el Comité Central de Huelga. Desde ese momento la dirección de la huelga contó con la asesoría del Comité de Lucha Obrera integrado a su vez por los dirigentes del Partido Comunista[9].
El liderazgo del movimiento fue fundamental por la experiencia política que se pudo demostrar a lo largo de la huelga. Los antecedentes y la experiencia acumulada de huelgas anteriores influyeron en el desarrollo de la movilización social. No era la primera vez que los obreros del banano declaraban la huelga contra la Tela Railroad Company (TRRCO), subsidiaria de la United Fruit Company (UFCO).
La participación en la Huelga de 1954 fue muy amplia y de carácter nacional. Más de 90.000 empleados abandonaron sus puestos de trabajo en reclamo de sus demandas más sentidas del momento, debido a los vejámenes, la negación de sus derechos y las miserables condiciones de vida a las que les sometían las empresas extranjeras y nacionales[10]. Un escrito del activista político Agapito Robleda Castro lo dice en estos términos:
La huelga la iniciaron los trabajadores de la Tela Railroad Company el 1 de mayo de ese año. Luego, como llamarada que se propaga por toda la pradera, se extendió a la Standard Fruit Company, las minas, las fábricas textiles y de confección de ropa, los ingenios azucareros, las fábricas de bebidas y cigarrillos, los aserraderos de madera, las fábricas de jabones y mantecas, las manufacturas de velas y las plantaciones de algodón, las fábricas y talleres de zapatos, desde la costa norte hasta el sur y desde Danlí hasta Santa Bárbara. A mediados del mes de mayo casi toda la vida económica del país quedó paralizada[11].
La United Fruit Company y la Tela Railroad Company mantenían una estrecha relación. En efecto, la segunda fue creada como una filial de la primera. Esto significa que la UFCO dominaba a la TRR. La UFCO era una empresa de los Estados Unidos dedicada a la producción y exportación de bananos. Tenía vastas extensiones de tierra en Honduras para desarrollar sus cultivos. La TRR era, además, una empresa ferroviaria que transportaba los bananos desde las plantaciones de la UFCO hasta los puertos de exportación. Esa relación era mutuamente beneficiosa.
La UFCO también tuvo una gran influencia en el gobierno hondureño. Con frecuencia, fue acusada de usar su influencia para obtener ganancias económicas. La Huelga de 1954 fue un ejemplo de cómo utilizó su influencia para reprimir a los obreros que exigían mejores condiciones de trabajo. La TRR fue constituida por la UFCO en 1899[12], que era la dueña de la mayoría de las acciones de la TRR, cuyos bananos eran enviados a los puertos de exportación a precios muy bajos.
La UFCO utilizó a la TRR para transportar sus trabajadores y suministros a las plantaciones. Un ejemplo de cómo las empresas estadounidenses podían tener una gran influencia en los países de América Latina, a principios del siglo XX, es precisamente la relación entre estas dos compañías. Sus relaciones eran estrechas y estratégicas.
La adquisición de la Tela Railroad Co. en Honduras, permitió a la United Fruit expandir sus operaciones y tener un mayor control sobre la producción y exportación de bananos en la región. Como subsidiaria de la UFCO, la Tela contribuyó significativamente a la construcción de infraestructuras importantes, como una planta de hielo, un sistema de agua, generadores eléctricos, un hospital y un muelle, que ayudaron a la operación de la UFCO en Honduras.
Además, la adquisición de los derechos ferroviarios por parte de la United Fruit a través de la Tela Railroad Company, le dio un gran control sobre el transporte y la logística necesarios para producir y exportar bananos a gran escala en Honduras. Esta relación permitió a la United Fruit consolidar su posición como un actor dominante en la industria bananera de toda la región, influyendo en la economía y la política hondureña de ese tiempo.
5. La chispa que encendió el fuego de la huelga y las estrategias de movilización
Ésta fue diseñada poco a poco, a partir de la praxis y la organización de los trabajadores que participaron activamente en la Huelga de 1954.
a) Se realizaron asambleas, marchas y protestas pacíficas, para visibilizar las demandas y presionar a las compañías bananeras y el gobierno.
b) Se paralizaron las labores de cultivo del banano y se hizo un boicot a la producción bananera.
c) El impacto fue gradual y de carácter nacional. La huelga general en la Costa Norte de Honduras paralizó la actividad económica en la región y después tuvo una incidencia de carácter nacional.
d) Nació la solidaridad de otros sectores laborales y sociales del país, como estudiantes, intelectuales, los comerciantes, la Iglesia Católica y las organizaciones populares.
e) La fortaleza del movimiento creado por la huelga superó la capacidad represiva del gobierno y del ejército, como lo explica el historiador Marvin Barahona:
El envío de efectivos de la Escuela Básica de Armas al Puerto de Tela y a la ciudad de El Progreso, en las primeras semanas de la huelga bananera, sólo sirvió para que el gobierno cobrara conciencia de la magnitud de la protesta y de su incapacidad para resolver el conflicto por la fuerza[13].
Sin embargo, la represión fue selectiva contra los principales líderes del Comité Central de Huelga[14].
f) La constitución del Comité Central de Huelga (CCH) fue fundamental para articular los esfuerzos dispersos en las plantaciones bananeras, las iniciativas atomizadas y de las organizaciones obreras y otros gremios. El 17 de mayo los cinco comités locales de Huelga de las cinco terminales de la Tela Railroad Company constituyeron el Comité Central de Huelga (CCH) y lo instalaron en El Progreso; así quedó establecida la máxima autoridad del movimiento y único representante autorizado para las negociaciones con la empresa bananera[15].
g) El liderazgo del CCH fue determinante para la lucha por los derechos de los trabajadores. El CCH fue conformado por 15 miembros representantes de las cinco divisiones de trabajo de la compañía bananera. Estos fueron: César Augusto Coto, Juan Bautista Canales, Francisco Ríos, Marco Santos, Guillermo Rosales, Gabriel David, Augusto Castañeda, Manuel Sierra, José Vásquez, Adán Posas, Cruz Meléndez, Ernesto Pérez, Ángel M. Domínguez, Antonio Rivera y Gregorio Ferrera[16].
Una semana antes, un comité provisional de huelga, con sede en el puerto de Tela, había presentado a la empresa 30 puntos que recogían las demandas de los trabajadores y que serían la plataforma para negociar. Se podría resumir señalando que la chispa que causó el fuego de la movilización de los obreros fue la exigencia de respeto a su dignidad y las exigencias relacionadas con las condiciones básicas para un trabajo digno[17].
h) No podemos ignorar el papel protagónico de las mujeres en la Huelga de 1954. En ese tiempo, un grupo de mujeres conocidas como «patronas» se dedicaban a vender alimentos a los trabajadores en los campos bananeros de la Costa Norte. Ellas trabajaban como cocineras, vendedoras de pan y, en ocasiones, como vendedoras de aguardiente. El trabajo que realizaban no era supervisado por la empresa bananera, lo que les otorgaba independencia y les permitía establecer una relación cercana con los empleados. Durante la Huelga de 1954, las patronas jugaron un papel importante para que los empleados pudieran realizar sus tareas diarias, demostrando su relevancia en aquel contexto.
Estas mujeres, que alimentaban a los trabajadores y tenían una relación cercana con ellos, desafiaron las normas establecidas al no estar reguladas por la empresa bananera. Debido a su independencia, pudieron apoyar activamente la huelga y establecer una conexión significativa con los trabajadores. Se destaca la importancia de las patronas en la resistencia laboral y su papel en la historia sindical de Honduras a través de testimonios y análisis interseccionales[18].
El liderazgo de las mujeres fue fundamental en la Huelga de 1954. Su presencia fue significativa en todos los ámbitos: logísticos, organizativos y liderando la huelga. El testimonio de Teresina Rossi Matamoros es inspirador:
En la huelga había también otras mujeres conmigo, como Rosa Amalia de Sheran, Angelita de Ríos, Amanda y Norma Chavarría, Josefina Montiel, Corina Escobar, Angelina v. de Torres, Luz Fúnez y Aura Santos, que nos deleitaba con sus canciones en la tribuna. Era algo raro ver a una mujer dirigiendo un movimiento de esa naturaleza, pero quizás a los hombres les gustó tener a una mujer dirigiéndolos. Recuerdo que mis más fieles seguidores eran el delegado de Mercadería, «Trino» Maradiaga; el de mi departamento, Gelasio Corleto y don Heráclito, el de los 300 campeños; todos eran gente de «arrastre» en la masa. No recuerdo la fecha exacta en que entré como presidenta del Comité, pero fue en mayo y me mantuve en el cargo casi todo el tiempo que duró la huelga, hasta principios de julio, cuando la persecución me obligó a abandonar el campo de la huelga[19].
6. La represión y violencia del gobierno de Juan Manuel Gálvez
La respuesta violenta del gobierno y la United Fruit Company se manifestó en ataques a los huelguistas, detenciones arbitrarias y encarcelamientos. Sin embargo, el presidente de la República, Juan Manuel Gálvez, no ejerció una represión decisivamente violenta por las siguientes razones:
a) En primer lugar, reprimir la huelga resultaba extremadamente riesgoso debido al potencial organizativo y la disciplina de los trabajadores, así como al gran apoyo que recibían. Dadas las circunstancias, en ese contexto, la represión habría sido altamente impopular y habría provocado una gran cantidad de manifestaciones de protesta.
b) En segundo lugar, la disolución violenta del movimiento huelguístico habría impedido que la agrupación política del presidente Gálvez, el Movimiento Nacional Reformista (MNR), una facción del Partido Nacional obtuviera el apoyo de importantes sectores del electorado para las elecciones presidenciales de octubre de ese año. La huelga se llevaba a cabo durante un período político previo a las elecciones, y el gobierno de Gálvez no correría el riesgo de reprimirla debido a la posibilidad de una pérdida masiva de apoyo electoral.
A pesar de que el gobierno galvista contaba con el apoyo de las fuerzas represivas del Estado para desactivar al Comité Central de Huelga, que era combativo, creó una comisión negociadora con el fin de llegar a un acuerdo entre las partes. Al final, en los primeros días de julio de 1954, se alcanza la firma de un acuerdo colectivo que regula las condiciones laborales[20].
La última fase fue liderada por un Comité Central de Huelga anticomunista y colaboracionista que contaba con el apoyo directo de la American Federation of Labor (AFL) y del Congress of Industrial Organizations (CIO)[21]; así, hicieron presión sobre la United Fruit Co. para lograr un acuerdo que pusiera fin al conflicto laboral y permitiera el reconocimiento de una organización sindical que se encuadrara en los parámetros ideológicos del denominado «sindicalismo libre y democrático», auspiciado por organizaciones estadunidenses y avalado por su pertenencia a la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT).
Esta mantenía una estrecha colaboración con la empresa bananera, y convirtió al Comité Central de Huelga en la base para configurar un sindicalismo anticomunista, con un liderazgo conservador y colaboracionista: el Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad Company (SITRATERCO). De hecho, buena parte de los miembros del Comité Central de Huelga formaron parte del primer comité directivo del SITRATERCO[22].
No obstante los logros del movimiento huelguístico de 1954, no podemos obviar que no fueron los que se habían concebido al comienzo del paro laboral. La expectativa de obtener un incremento salarial del 50 por ciento, formulada en el inicio de la huelga, apenas se concretó en un pequeño aumento del 10 y 15%, sin minusvalorar el fruto de todo el esfuerzo de la organización proletaria en ese contexto.
Tampoco podemos ignorar el impacto que tuvo la Huelga de mayo a julio de 1954 en distintos aspectos: cuantiosas pérdidas por la producción bananera paralizada, por salarios no devengados por los obreros en huelga, y en términos de los ingresos fiscales de exportación no percibidos por el Estado.
Además, el incremento de los costos de producción, así como la potencial capacidad reivindicativa que significaba la organización sindical de los asalariados, que llevaron a la Tela Railroad Company a un proceso de innovación tecnológica y al abandono de fincas marginales que resultó en una creciente expulsión masiva de fuerza de trabajo asalariada.
Entre 1953 y 1957, los trabajadores de la Tela Railroad Company se habrían reducido en casi un 50%. Según cifras de la misma empresa bananera, los 26,546 trabajadores empleados en 1953 se redujeron a 13,284 asalariados en agosto de 1957[23].
7. Algunos resultados de la Huelga de 1954
La Huelga bananera de 1954 fue un evento histórico de suma importancia en Honduras. La movilización social surgió como resultado de una profunda crisis social y económica, así como de la lucha por mejores condiciones laborales y mayor justicia social.
La Huelga tuvo un impacto significativo en todo el país, incluyendo reformas laborales que culminaron con la emisión del Código del Trabajo en 1959, así como el fortalecimiento del movimiento obrero y su participación en la esfera pública.
A continuación se identifican algunos de los resultados más evidentes de la Huelga de mayo:
a. La caída del mito de la omnipotencia de las empresas bananeras, lo que demuestra que, frente a la unidad y la movilización de las masas trabajadoras, estas empresas son monstruos con pies de barro y susceptibles de ser derrotados.
b. El surgimiento de un movimiento sindical legal y masivo que involucró a todos los sectores de la clase obrera hondureña, desde los trabajadores agrícolas y mineros hasta los trabajadores de la industria y los servicios. La aprobación de legislación laboral por parte del Estado hondureño, que otorgó a los trabajadores los derechos económicos, sociales, educativos y culturales que les habían sido negados.
c. El cambio en las reglas y prácticas de las relaciones entre trabajadores y empleadores, una de las cuales es la contratación colectiva.
d. La aparición pública del proletariado como una clase social autónoma y consciente de sus propios intereses.
e. Otro resultado importante fue la Organización, siguiendo el ejemplo, de todos los sectores sociales de base para luchar por sus reivindicaciones y derechos.
f. El fortalecimiento de los sentimientos de solidaridad de los hondureños y la comprensión de la importancia de la unidad en la lucha contra el enemigo común.
g. El reconocimiento de que los gobiernos nacionales deben contar con trabajadores organizados para tomar decisiones sobre los asuntos más delicados del país.
h. El comprender que las compañías estadunidenses, principalmente las bananeras, constituyen el eslabón más fuerte del poder económico y político que mantiene a Honduras en el atraso, la pobreza y la dependencia semicolonial.
i. El fortalecimiento de los sectores revolucionarios que demostraron su confianza en la organización y las perspectivas de alcanzar transformaciones sociales en el país.
j. El movimiento social de la Huelga de 1954 obligó a los sectores gobernantes a cambiar sus estrategias de control, reemplazando la dictadura abierta por la «democracia representativa»; eliminando la intolerancia y la imposición brutal por una «conciliación nacional» que uniera en el poder a sus distintas facciones, ante la incapacidad de ejercer el gobierno por una sola de ellas.
k. Se lograron avances importantes en la modernización estatal y la democratización de la sociedad hondureña[24].
8. Algunas luces que aporta la Huelga de 1954
La marcha del 1 de mayo de 1954 en Honduras fue un suceso significativo en el pasado de la nación. Pero, ¿cuáles son algunas de las luces que aporta la Huelga de 1954 que iluminan en nuestro país? Aporta las siguientes luces:
1º) La Huelga iluminó la realidad nacional para hacer sentir la importancia de la conciencia, la unidad y la lucha de trabajadores y trabajadoras. Los trabajadores hondureños tomaron profunda conciencia y se unieron en la lucha por la conquista de mejores condiciones laborales y salarios equitativos, demostrando coordinación y lucha por sus derechos. Exigieron mejoras salariales, regulación de la jornada laboral, vacaciones pagadas, salud, indemnizaciones por accidentes laborales, pensiones y jubilaciones[25]. Se destacó la necesidad de brindar mayores garantías y beneficios a los trabajadores hondureños.
2º) Poner el foco de atención en el poder de la unidad y de la protesta. Fomentó un mayor sentimiento de unidad y organización entre los empleados. Los huelguistas demostraron su poder al unirse en una protesta pacífica.
3º) La importancia del contexto histórico que posibilitó la emergencia del movimiento laboral y su organización. La Huelga de 1954 evidenció las disparidades socioeconómicas que afectaban al país. Los reclamos de los manifestantes hicieron visibles las dificultades económicas del pueblo llano. Impulsó el surgimiento de movimientos obreros y sindicatos con mayor presencia e influencia política. Este evento histórico marcó el comienzo de una etapa con la emergencia del movimiento laboral.
4º) La Huelga de 1954 sirvió como un recordatorio de que la acción colectiva y la unidad pueden tener un impacto positivo y trascendental en el país. Se logró avanzar en la defensa de los derechos de los trabajadores hondureños mediante el diálogo y la desobediencia civil.
5º) La Huelga ayudó a fundar y fortalecer el movimiento sindical contemporáneo en Honduras. Las organizaciones sindicales fueron esenciales para reivindicar y proteger los derechos de los trabajadores y sus conquistas laborales.
6º) Los esfuerzos de los líderes gremiales y sindicales durante la Huelga llevaron a la creación de nuevas leyes laborales en Honduras. La nueva Constitución Política, decretada en 1957, reconoció el derecho a la huelga y sustentó el Código del Trabajo, aprobado en 1959. Estas leyes modernizaron la legislación laboral del Estado y satisficieron la necesidad de regular las relaciones de los empleadores con los asalariados, en términos de asegurar condiciones de trabajo justas.
7º) La Huelga generó una solidaridad internacional de organizaciones y movimientos sociales. Varios sindicatos y organizaciones de derechos humanos del mundo expresaron su respaldo a los trabajadores hondureños, lo que contribuyó a aumentar la conciencia sobre la situación laboral en Honduras.
8º) La Huelga de 1954 también sirvió como inspiración para futuras luchas obreras en Honduras. La movilización fue un ejemplo de éxito y fortaleció la determinación de los trabajadores para continuar luchando por sus derechos en el futuro.
9º) Fortaleció la conciencia social de la sociedad hondureña y fomentó la unidad entre los trabajadores y la población en general, quienes respaldaron y se unieron a la lucha por mejoras en las condiciones laborales[26].
La Huelga de 1954 es considerada uno de los eventos sociales más grandes y significativos en la historia de Honduras. En honor a los trabajadores que lucharon por sus derechos, se han erigido monumentos y cada 1 de mayo se celebra el Día del Trabajo en conmemoración de este suceso. La historia laboral y social de Honduras ha sido marcada por el legado de la Huelga de 1954.
9. Pero, ¿qué tiene que decirnos la Huelga de 1954 en la actualidad?
Expresamos a continuación algunos puntos que nos parecen necesarios e importantes para iluminar la realidad nacional a la luz de ese momento decisivo que transformó el curso del movimiento obrero-campesino y de las organizaciones sociales y políticas del país.
Este evento histórico, que denunció la explotación laboral en el enclave bananero, la desigualdad social y económica, y la falta de derechos laborales, sigue siendo relevante en el contexto actual, porque destaca los desafíos persistentes en la construcción de un Estado de Derecho que garantice los Derechos Humanos y posibilite la justicia social en democracia.
Esta histórica Huelga resuena en la realidad actual de Honduras, subrayando que la construcción de un Estado de Derecho justo no es posible si persisten la desigualdad y la pobreza estructural. La influencia de la estructura económica y el modelo de desarrollo que crea desigualdades y reproduce la exclusión social sigue siendo un desafío contemporáneo significativo. La Huelga pone de manifiesto la necesidad de cambios estructurales para abordar estas desigualdades.
La Huelga puso de relieve, además, la problemática de la corrupción, y evidenció profundas desigualdades socioeconómicas y deficiencias en la protección laboral, creando un terreno fértil para la corrupción y la explotación. Las respuestas corruptas y abusivas de las autoridades y empresas bananeras incluyeron despidos masivos, represión y violencia, discriminación y acoso, y la falta de protección legal para los trabajadores.
En consecuencia, la corrupción está vinculada a la triste realidad de la impunidad en aquel contexto y en la actualidad. Estas prácticas fueron posibles gracias a la connivencia entre las empresas bananeras estadunidenses y el Estado hondureño, así como a la debilidad del Estado de Derecho, que no protegía los intereses de los trabajadores y los sectores sociales más vulnerables en la sociedad hondureña.
En Honduras, la corrupción sigue siendo un problema sistémico y está estrechamente vinculada a la impunidad. Es obvio que la justicia institucional es frágil. La lucha contra la corrupción se ve obstaculizada por la presencia de grupos de poder y fuerzas oscuras que tienen intereses en mantenerla, atada a su impunidad.
La creación de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH), es absolutamente necesaria en este contexto. La CICIH tendría la capacidad de fortalecer el sistema de justicia al desmantelar instituciones corruptas y llevar a los culpables ante la justicia. Además, fomentaría una cultura de rendición de cuentas y transparencia en las instituciones públicas.
La Huelga de 1954 fue un evento crucial en la historia de Honduras, con un impacto duradero en la realidad nacional. No obstante, a pesar de los importantes logros en el ámbito de los derechos laborales, todavía existen grandes obstáculos en la búsqueda de la equidad social y la justicia para todos y todas.
La Huelga sirve como recordatorio de la importancia de la organización, la movilización social y la lucha interminable por un país más justo y equitativo. Su legado, lejos de ser un recuerdo del pasado, se convierte en un espejo que refleja los desafíos y la lucha por la justicia social que enfrenta Honduras en 2024.
No queremos concluir esta reflexión sin citar algunos párrafos de la canción del cantautor Mario de Mezapa, titulada «La Huelga»[27], como un sencillo homenaje a los héroes y heroínas de la Huelga bananera de 1954:
El presente trabajo no lleva el propósito de ofender en forma alguna al laborioso y digno pueblo norteamericano. La idea es que quien escuche eleve su nivel de conciencia para reconocer a aquellos de la administración norteamericana que tanto mal han hecho al mundo.
Esta historia que ahora cuento ocurrió hace muchos años, yo era acaso un chavalito, puñetero y juguetón. Mas recuerdo cada cosa de las que ahí sucedieron en mi mente se imprimieron y forjaron mi razón (…)
La huelga, huelga paisanos, que se paren los trenes, que se paren las burras, que se pare el mixto paisanos, la huelga, que se paren los hombres, los cipotes, las mujeres, huelga, huelga paisanos, la huelga.
Huelga Mr. Hines, Mr. Hines, huelga. Sí, si Mr. Pilman, huelga. Oiga, ¿y eso que diablo ser hombre? Pues ahora vas a ver cómo sufre un jornalero.
Yo que sufro un fogonero que te hace correr el tren. Y también vas a saber cómo duelen los pulmones de quien riega con esmero aquel caldo bordelés.
Para muchos era imposible lo que estaba sucediendo, lo que con sus ojos viendo no podían ni creer. Pero la gente sabía que la huelga estaba lista, que la huelga estaba lista, que al canalla imperialista había que responder.
La huelga, huelga paisanos, huelga gringos, los horrorizados van a ver cuando el pueblo hondureño se levante. La huelga, paisanos. Mr. Hines, Mr. Hines, Mr. Hines. Sí, Mr. Pilman, adelante Mr. Hines, Usted no explica a mí, ¿por qué indias chuñas no trabajar?, ¿por qué parar en compañía frutera?
Mire, Mr. Pilman, aquí tienen un pliego de peticiones enorme.
Ellos dicen, por ejemplo, que no tienen derecho a un salario justo, que no tienen derecho a una vivienda digna, que no tienen derecho a la salud, a la educación. Sus hijos viven en la ignominia. No tienen un horario de trabajo, sino que trabajan así. Como dice lo dice la compañía. ¡Bah! ¡Mentira! ¡Mentira! ¡Muchas mentiras! Lo que pasa es que ellos ser rojos. Rojos. ¡Muchos rojos! Rojos te van a quedar los ojos del lloriqueo, y no habrá ni un corifeo que te venga a consolar. Y rojo serás, aunque tu madre no te quiera. Toda tu espalda, porque te vas a cagar.
La huelga huele a muchacha. Con su fiebre en primavera. Y la sociedad entera se emociona con saber que se suman los campeños en La Lima y en Cortés, en Progreso, en Baracoa y en Birichiche también.
La huelga, huelga paisanos, la huelga Mr. Hines, Mr. Hines, Mr. Hines. Sí, Mr. Pilman, tranquilo, le escucho. Mr. Hines, ¿Usted no hacer nada por compañía frutera? No y, ¿qué quiere que haga yo? Hombre llamar ahí a los amigos que tenemos en el Congreso Nacional hombre (…)
No, no va a venir nadie de esos amigos, Mr. Pilman.
Y aunque vinieran, esta huelga es irreversible, es el pueblo hondureño que se ha incorporado a ella. No podemos con ella. No podemos con ella[28].
[1] Ver los siguientes enlaces:
https://www.elheraldo.hn/revistas/siempre/miradas-a-la-gran-huelga-obrera-de-1954-HXEH1462353
[2] Cfr. Moreno, I. «Jubileo popular: Cincuenta años de la gran huelga bananera», en: Revista Envío-Honduras, Año 2, No. 4, mayo-junio de 2004, pp. 1-4.
[3] Sosa, E. 2018. Democracia y movimientos sociales en Honduras: la transición política a la ciudadanía indignada. Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, p. 143.
[4] Flores Valeriano, E. 1979. La Explotación Bananera en Honduras. Tegucigalpa: Editorial Universitaria, p. 7.
[5] Barahona, M. 2004. El silencio quedó atrás. Testimonios de la huelga bananera de 1954. Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, p. 22.
[6] Alonso, D. S. 1982. Empresas Transnacionales y Agricultura: el Caso del Enclave Bananero en Honduras. Tegucigalpa: Editorial Universitaria, p. 7.
[7] Cfr. Barahona, 2004, p. 22.
[8] Cfr. Posas, M. 1986. Las Centrales de Trabajadores en Honduras. Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, p. 2.
[9] Barahona, M. 2004, p. 14.
[10] Cfr. Robleda Castro, A. Febrero, 1995. 40 Años Después. La Verdad de la Huelga de 1954 y de la formación del SITRATERCO. Tegucigalpa: Ediciones del SEDAL Servicio Documental del Arte y la Literatura, p. 21.
[11] Robleda Castro, 1995, p. 21.
[12] Ver el siguiente enlace: https://sites.usp.br/portalatinoamericano/es/espanol-united-fruit-company
[13] Barahona, 2004, p. 52.
[14] Ibíd., p. 54.
[15] Cfr. Barahona, 2004, p. 69.
[16] Idem.
[17] Cfr. Barahona, 2004, p. 70-71.
[18] Cfr. Portillo Villeda, S. G., julio de 2023. «Cuidando hombres: La patrona en los campos bananeros», en: Revista Envío-Honduras, Año 21, N° 74, pp. 53-58.
[19] Barahona, 2004, p. 344.
[20] Cfr. Posas, M. 1981. Lucha ideológica y organización sindical en Honduras (1954-65). Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, p. 7.
[21] La AFL fue fundada en 1886 y se dedicó a unir sindicatos de trabajos específicos, como la construcción y la manufactura. Sin embargo, la CIO fue fundada en 1935 y se centró en la organización de sindicatos industriales de diferentes sectores, como la minería y la manufactura. La AFL-CIO sigue siendo una de las organizaciones sindicales más influyentes en los Estados Unidos después de la fusión de ambas federaciones en 1955. La AFL-CIO es una federación voluntaria y democrática que representa a más de 12,5 millones de trabajadores en los EUA. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, como salarios decentes, beneficios, seguridad en el trabajo y oportunidades iguales. La AFL-CIO también se enfoca en la lucha por la justicia social y económica, así como en la formación de habilidades y capacitación laboral para el siglo XXI. Ver el siguiente enlace: https://aflcio.org/about-us
[22] Cfr. Posas, 1981, p. 8.
[23] Cfr. Posas, 1981, pp. 8-9.
[24] Cfr. Robleda Castro, 1995, pp. 22-24.
[25] Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Huelga_de_1954_(Honduras)
[26] Cfr. https://www.elheraldo.hn/revistas/siempre/miradas-a-la-gran-huelga-obrera-de-1954-HXEH1462353
[27] Si desea escuchar «La Huelga», del cantautor Mario de Mezapa, vea el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=bRewNXXFK_c
[28] Los paréntesis con los puntos suspensivos son nuestros. Hemos retomado solamente algunos párrafos de la canción de Mario de Mezapa: «La Huelga».
[1] Director de Radio Progreso y del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús (ERIC-SJ).