Roque Vaquero M.[1]*
La magnitud creciente de la lluvia, el poco control en el manejo de los terrenos de la cuenca y la intensa modificación en el uso de la superficie del terreno incrementan el flujo de agua por escorrentía que, en muchos sectores de las zonas urbanas, provocan las inundaciones. ¿Es posible solucionar este problema?
Generalidades
En vista de que los valores altos de lluvia ahora son más frecuentes, las inundaciones urbanas también lo son; ocurren de forma repentina y con tal magnitud, que provocan cuantiosas pérdidas a los habitantes, sobre todo en las áreas más bajas, con daños sustanciales a sus bienes y, algunas veces, hasta con lamentables pérdidas humanas.
La inundación urbana está relacionada directamente con el comportamiento de la lluvia en el momento que ocurre, pero también existen otros factores que agravan el problema y, aunque se conoce de ellos, no se abordan de forma concreta con el fin de darles una pronta solución.
De forma conceptual, en este escrito se señalan algunos factores y posibles actividades cuya ejecución podrían modificar los efectos negativos que recrudecen el problema de las inundaciones urbanas.
Estructuras actuales de drenaje
Uno de los problemas en las zonas urbanas, especialmente en los sectores de mayor antigüedad, se relaciona con el sistema de drenaje, también con esa condición, que aún se conserva para manejar los excedentes que se producen con la lluvia, aunque su diseño ahora resulta insuficiente por su reducido tamaño, deficiente distribución y frágiles estructuras.
Es correcto señalar que el diseño y la construcción de los sistemas del pasado era el adecuado para aquel momento y, sin duda, se consideró una previsión hacia el futuro; pero en la actualidad estos sistemas no tienen la capacidad requerida para manejar los excesos de agua durante los eventos lluviosos de alta intensidad y, como resultado, el exceso de caudal respecto a su capacidad se convierte en un aporte significativo al flujo de agua que produce la inundación.
Reparando en los cambios que siguen ocurriendo en el comportamiento de la lluvia, en la alteración de la condición de la superficie de escurrimiento y en la sección de flujo de los cauces naturales, que al final del sistema conducen los excesos de agua, de no hacer las mejoras necesarias se continuará superando la capacidad de las estructuras del sistema actual de drenaje, continuando con las inundaciones.
La lluvia es un proceso natural cuya presencia, magnitud e intensidad están fuera del control humano; pero en el caso de estudios especiales pueden realizarse los análisis que permitan proyectar valores máximos que pueden esperarse para realizar estimaciones de requerimientos de drenaje.
Los cambios en el uso de la superficie del terreno provocados por la actividad humana, tanto en las partes altas de la cuenca como en las zonas urbanas y otras partes bajas de la cuenca, junto con la falta de mantenimiento de los cauces abiertos de conducción final, son factores que han contribuido a incrementar el problema de las inundaciones urbanas.
La zona urbana como parte de la cuenca
Por lo general, la mayoría de las zonas urbanas se encuentran en las partes bajas de una cuenca, con topografía y relieve suave de configuración relativamente plana, por lo cual el manejo de la superficie de los terrenos más altos en la cuenca tiene efectos y consecuencias sobre estas zonas.
Los procesos relacionados con el cambio de uso y manejo de los terrenos en la cuenca que propician la reducción de las áreas naturales cubiertas de vegetación, derivan en el incremento de la cantidad y velocidad de los excesos de agua que ingresan por escorrentía a las zonas urbanas, los que resulta imposible manejar con el sistema actual de drenaje, provocándose la inundación.
Lo anterior destaca la importancia de tener un estricto control sobre el uso y manejo de los terrenos de la cuenca para evitar los problemas relacionados con el incremento y la velocidad de los excedentes de agua que ingresan en las zonas urbanas.
Es importante señalar que, al existir un organismo encargado de ordenar el manejo de la cuenca, además de supervisar y controlar el uso de los terrenos con el fin de mantener una escorrentía manejable, puede ser también el que, como parte de un sistema de drenaje integral, se encargue de identificar los sitios y tipos de estructuras hidráulicas que sería necesario construir en la cuenca para regular los caudales de escorrentía con el fin de que no superen la capacidad del drenaje urbano.
Ordenamiento territorial
Este es un aspecto que está en manos de las autoridades que gobiernan las áreas correspondientes. En el tema de lluvia e inundaciones, existen dos condiciones que, evidentemente, contribuyen con la severidad creciente del daño causado por las inundaciones en las zonas urbanas.
La primera, sin considerar sus posibles aspectos positivos, es el aumento de la población urbana que ha tenido un impacto importante en la disminución constante de las áreas superficiales abiertas, ahora ocupadas por edificaciones cuyos techos son superficies impermeables. La segunda y, por supuesto, obligatoria respecto de la anterior, corresponde a la construcción o habilitación de los caminos requeridos por cada una de las nuevas áreas que se incorpora a la zona urbana que, por lo general, son cubiertos con asfalto o cemento.
Los techos y los caminos, que son superficies impermeables, contribuyen de manera significativa al incremento de la escorrentía pues, por su amplia y creciente cobertura, han disminuido de forma progresiva, drástica y descontrolada los espacios de terreno donde antes ocurría la recepción, captación e infiltración de agua proveniente de la lluvia, siendo así una forma natural de regular parte de la escorrentía, origen hídrico del problema de la inundación.
El ordenamiento físico de los espacios es un tema complicado que tiene matices sociales, políticos y económicos importantes, pero resulta evidente y necesario aceptar que solucionar el problema de las inundaciones urbanas, como el objetivo principal de la población y de las autoridades, es un compromiso humano, moral y técnico.
Como se indica, gran parte de este problema se relaciona con la incuestionable disminución de la superficie de terrenos abiertos, de uso agrícola o forestal, que antes recibían la lluvia permitiendo que una fracción del agua se infiltrara en el suelo y solo parte de ella fluyera como escorrentía. Por ello es justificable que el sistema de drenaje urbano se haya diseñado para manejar el agua de escorrentía producto de las condiciones que imperaban en ese momento.
Considerando lo anterior, como una medida inicial que contribuya a resolver una parte del problema de las inundaciones en las zonas urbanas, es posible visualizar algunas medidas generales relacionadas con la necesidad de recobrar las áreas abiertas con el propósito de favorecer el comportamiento natural de la lluvia y sus excesos.
La primera, que podría ser de aplicación inmediata, consiste en incrementar las áreas abiertas a través de un intenso programa de reordenamiento de las superficies relacionadas con el problema; esto implica la necesidad de convencer a una parte de la población para reubicarla en otras áreas ya ordenadas que no son parte del problema o, en su lugar, a otro tipo de viviendas o estructuras, con la finalidad de lograr menor cobertura impermeable por persona y mayor área abierta. En las superficies despejadas se debe prohibir la construcción de más techos y caminos.
Esta medida puede provocar inconformidad en las personas que serían reubicadas, pues tendrían que abandonar los sitios que, durante muchos años y tal vez por generaciones, han desarrollado su vida; otros protestarán por las pérdidas económicas y lucrativas que este proceso les generaría.
La segunda consiste en organizar un grupo ejecutor que, junto con líderes de la comunidad, analice diferentes alternativas con el propósito de proponer un plan para desarrollar e implementar una estrategia social, económica y técnica viable, que permita incrementar las áreas abiertas.
La tercera, aunque muy poco conveniente desde el punto de vista social es el desalojo forzoso, pues podría causar resentimientos extremos con la posibilidad de convertirse en un movimiento y una situación violenta e incontrolable.
En la situación actual, con un drenaje urbano de poca capacidad y con escasa posibilidad de recuperar la suficiente superficie abierta que reemplace áreas impermeables (techos y caminos), la medida a tomar debe considerar dos componentes:
- prohibir de inmediato otras construcciones y regular el manejo del área causante y afectada por el problema, y
- proceder con el diseño y la construcción de nuevas y adecuadas estructuras (tipo, cantidad, distribución y tamaño) para que cumplan con las necesidades y condiciones actuales, considerando una adecuada previsión futura; esto requerirá de una mayor inversión económica y de tiempo para ponerlas en servicio.
Un nuevo sistema de drenaje urbano
Realizado o no el ordenamiento sugerido con cualquiera de las tres medidas señaladas, será imprescindible que en las áreas urbanas, con el propósito de evitar el efecto devastador de las inundaciones, se realice un apropiado diseño, construcción o adecuación de la infraestructura de captación, regulación y conducción de los excesos de agua de lluvia.
La capacidad de un nuevo sistema de drenaje urbano debe superar el sistema actual en cuanto a la regulación, captación y conducción del caudal de excedentes de agua, en virtud de que el sistema actual pudo ser adecuado para las condiciones de tiempos pasados, pero ahora se ha convertido en uno de los factores principales de los problemas asociados a las inundaciones urbanas.
Obviamente, un nuevo diseño de la infraestructura de drenaje urbano, además de aspectos como su disposición, cantidad y capacidad, debe considerar construir las estructuras físicas que contribuyan a controlar y regular los caudales de escorrentía que llegan desde la parte alta de la cuenca e ingresan a la zona urbana y, además, aplicar los avances tecnológicos en el tema de materiales y estructuras hidráulicas que, actualmente, responden a bases técnicas muy sólidas y alto concepto de eficiencia.
Cultura de aseo y mantenimiento constante
Dos condiciones importantes que se relacionan con la eficiencia de captación y conducción de agua de un sistema de drenaje y que tienen impacto sobre la presencia de inundaciones urbanas, son la cultura del aseo y el mantenimiento constante de las estructuras.
Respecto a la cultura del aseo, aunque existen cuadrillas, por lo general municipales, que recolectan desperdicios y basura en las calles y acequias abiertas, es importante educar y concientizar a la población para que maneje la basura de forma responsable pues, eventualmente, por arrastre o flotación en la escorrentía, ocasiona daños en las estructuras de drenaje, obstruyéndolas o mermando su capacidad de intercepción y conducción; esto incrementa el riesgo de que el excedente de agua que no se puede captar y conducir, sea la causa de una inundación.
El mantenimiento, como actividad frecuente y definida del sistema, consiste en la limpieza y revisión de las características físicas y de flujo, para realizar los trabajos que se requieran. Por otra parte, se debe estar preparado para atender las emergencias que se presenten en todo el sistema, corrigiendo de inmediato los problemas que se reporten, lo que ayuda a prevenir daños mayores.
Resumen
La magnitud creciente de la lluvia, el poco control en el manejo de los terrenos de la cuenca y la intensa modificación en el uso de la superficie del terreno (menos áreas abiertas con cobertura vegetal y más superficies impermeables de techos y caminos), incrementan el flujo de agua por escorrentía que, en muchos sectores de las zonas urbanas, no puede manejar el sistema de drenaje actual, lo que provoca las inundaciones.
Para enfrentar el problema se debe restablecer áreas abiertas con la extensión suficiente para regular el flujo de escorrentía de la lluvia y proceder, de forma integral, a diseñar y construir un nuevo sistema de drenaje con capacidad de manejar el exceso de agua proveniente de las áreas que producen los excedentes que causan las inundaciones en las áreas más bajas de las zonas urbanas[1].
[1] https://www.linkedin.com/posts/roque-vaquero-morris-a7835819_drenaje-urbano-algunos-factores-y-problemas-activity-7213768379130671104-g9hZ?utm_source=share&utm_medium=member_desktop
[1] Ingeniero Agrónomo, MSc, UNAH, Honduras y ULA, Venezuela. Trabajo técnico en zonas rurales de Centro y Sur América, el Caribe y África; actividades docentes complementarias de 1975 a 2000. Docencia e investigación en la Escuela Superior de Agricultura, Costa Rica, 2001 a 2018. Reflexión, apoyo técnico y consultoría sobre el área agrícola y social de 2018 a la fecha. Ver: https://www.linkedin.com/posts/roque-vaquero-morris-a7835819_drenaje-urbano-algunos-factores-y-problemas-activity-7213768379130671104-g9hZ?utm_source=share&utm_medium=member_desktop