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EFRAÍN ANÍBAL DÍAZ ARRIVILLAGA *

Estas memorias han sido un proyecto de vida, una permanente aspiración. Son resultado de muchas reflexiones personales, de documentos que he recopilado a lo largo de mi vida y de testimonios de diversas personas. Es un esfuerzo de síntesis que tomó siete años, de diferentes etapas de mi existencia hasta la actualidad, y también una autocrítica del camino que emprendí.

Considero que es mi contribución para las futuras generaciones, un testimonio que permite conocer las etapas de nuestra historia que me tocó vivir y, a la vez, ser protagonista.

Mi aspiración es que la lucha de toda una vida no quede en el anonimato y el olvido pues, como dice Julio Cortázar (1914-1984), “Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelven como verbos y los adjetivos del discurso”. Y como dijera mi especial amigo Víctor Meza poco antes de su partida, hay que escribir las memorias antes de que perdamos la memoria.

Aquí he tratado de rescatar la historia política, económica, social, cultural y ambiental que viví; el país que quise construir y el país que deseo, congregando pasado y presente, y atisbando el porvenir en un camino de esperanza y salvación, en una nación todavía atrapada por la inercia que le impide avanzar, reviviendo constantemente su heredada tragedia, como una película que se repite en contextos y con actores distintos.

Mi memoria me transporta a nuestro insigne poeta Juan Ramón Molina (1875-1908), cuando dice en su verso Autobiografía: “… las miserias del medio; ansias de gloria que llegan tarde; estar organizados para la lucha y para la victoria. Y ser, a pesar de eso, un fracasado”.

Me pregunto: ¿Hemos fracasado? El país, sus líderes, sus organizaciones y luchadores, el pueblo mismo, ¿estamos condenados a seguir así, o aún quedan hálitos de esperanza para salvar el país y regenerar la Patria que queremos? Estoy convencido de que no todo está perdido.

No podemos desconocer que también experimentamos una crisis ética: ¿Se puede separar la moral de la política? Bien lo decía el escritor, novelista y filósofo francés Albert Camus (1913-1960): “Toda acción política debe tener una base moral sólida”. La Honduras de ayer, como la actual, padece de una enorme carencia de principios y valores, que ha sido el caldo de cultivo de la rampante corrupción que corroe el tejido social. Por ello propugno por una corriente ciudadana de pensamiento crítico y propuesta ética de la política en la praxis social.

Debo agradecer de manera especial a monseñor Raúl Corriveau, p.m.é., Obispo Emérito de Choluteca, quien me animó y estimuló para emprender y realizar este trabajo. Monseñor Raúl siempre fue una inspiración y un ejemplo de verdadero pastor de la Iglesia, como lo evidencia su trabajo pastoral en la Diócesis de Choluteca. Editorial Subirana hará una edición digital de estas Memorias, en honor a monseñor Raúl.

Marvin Barahona, destacado historiador hondureño y especial amigo, se tomó el tiempo para orientar, compartir pensamientos e ideas, revisar meticulosamente el texto y hacer las correcciones oportunas y pertinentes y, a mi solicitud, el prólogo de estas memorias.

Agradezco a mi buen amigo Evaristo López Rojas, ya fallecido, quien fue director de la Editorial Universitaria de la UNAH, por su entusiasmo en acoger mi proyecto, y por brindarme su apoyo sin reservas, en especial la corrección del texto por parte de su hija Leonor López. Además, por haberme encontrado con Paúl Martínez —director de la Fototeca Nacional Universitaria—, quien me apoyó en la revisión de textos y en toda la edición, además de la Introducción del libro. Su aporte ha sido invaluable para poder concluir este esfuerzo.

La autobiografía se divide en dos partes: la primera se refiere a mis orígenes, mi familia, mi formación y mi trayectoria profesional, que se inserta en la historia económica, agraria, ambiental, diplomática, de la sociedad civil y la academia; la segunda es mi vida política, mi papel como diputado en el Congreso Nacional y el Parlamento Centroamericano, mi candidatura presidencial, hitos de la historia política de Honduras entre 1980 y 2022, el análisis histórico de mi recorrido en el Partido Demócrata Cristiano, su ascenso y declive, así como una visión crítica de la democracia cristiana en el continente.

El epílogo es la reflexión final de mi camino vital.

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